Llegando a Las Negras.
CAMPER,  CICLISMO

Parque Natural de Cabo de Gata

Si la semana pasada os proponíamos una escapada a La Palma para patear… Hoy os planteamos un nuevo plan para escapar del frío invernal, pero sin salir de la península. Vamos a combinar el viaje en furgo/autocaravana con algunas rutas en bici de montaña por el Parque Natural del Cabo de Gata.

Nuestro lugar de salida es el Camping Cabo de Gata, situado en un camino que parte del punto kilométrico 9 de la carretera AL-3115.

El inicio es una zona llana durante los primeros nueve kilómetros, que nos vendrán muy bien para calentar y poner en acción las piernas después del largo viaje del día anterior. Por unos caminos llegamos a Pujaire, de aquí un leve tramo de carretera para desviarnos de nuevo a una pista que bordearán las Salinas del Cabo de Gata por su perímetro norte. Es curioso como la altimetría del GPS te marca que ruedas a 4 metros negativos bajo el nivel del mar debido a la depresión de estas salinas.

Salinas del Cabo de Gata.
Salinas del Cabo de Gata.

Este tramo nos saca al núcleo de La Fabriquilla para rodar nuevamente por asfalto y dar por concluido el tramo de calentamiento. Ya estaremos a los pies de las lejanas ondulaciones de origen volcánico que divisábamos al iniciar nuestra jornada de hoy. Éstas comenzarán a dificultarnos el terreno hasta llegar al siguiente punto de interés, el faro del Cabo de Gata.

Aproximándonos al Faro del Cabo de Gata.
Aproximándonos al Faro del Cabo de Gata.

Al doblar a nuestra izquierda por primera vez, el elevado Cerro de San Miguel recompensará nuestro esfuerzo con una espectacular instantánea para los ojos. Nuestra cara seguro reflejará una contrapuesta sensación de esfuerzo y alegría conjunta. Estaremos recogiendo nuestro primer regalo visual, de los muchos que recibiríamos a lo largo de la ruta de hoy. El faro del Cabo de Gata. El azul intenso del mar, unido al azul suave del cielo, harán de opio para nuestras piernas en estas primeras y duras rampas. Roca volcánica que nos abre el paso para acceder a este estratégico punto del sureste peninsular.

Faro del Cabo de Gata.
Faro del Cabo de Gata.

Pasaremos junto al Arrefice de las Sirenas y el del Dedo. Peculiares salientes puntiagudos desde el fondo del mar y muy próximos a la costa, que llamarán la atención a nuestro paso. Rodaremos ahora tranquilos antes de batirnos en duelo con el próximo promontorio rocoso.

La siguiente batalla con este paraje volcánico lo acometeremos contra el Collado de la Vela Blanca, y su imponente torre vigía convertida en la actualidad en antena de telecomunicación. Son apenas dos kilómetros de ascensión pero con desniveles cercanos la veintena porcentual.

Pero al igual que anteriormente, todo esfuerzo supondrá una recompensa. Si miramos hacia detrás, estaremos dejando este espectacular paraje de Parque Natural.

Vista atrás desde el Collado de la Vela Blanca.
Vista atrás desde el Collado de la Vela Blanca.

Aquí nos encontramos con una cadena que corta el paso a todo vehículo rodado a motor, impidiendo el tránsito a las célebres playas de San José. Una sinuosa, pero ancha, pista nos descenderá hasta estas turísticas playas y calas, ahora desérticas.

Descenso hacia las playas.
Descenso hacia las playas.

Toca volver a la calma, transitamos por la Cala Carbón, Cala Media Luna y por la cinematográfica playa de Monsul donde se han rodado famosas películas como «Indiana Jones y la Última Cruzada».

Playa de Monsul.
Playa de Monsul.

Con cuidado de no pasarnos la salida, a la derecha de la pista sale un pequeño sendero que nos guiará a la espectacular playa de los Genoveses. Una amplia y kilométrica ensenada que en fechas invernales estará vacía, pero que en los meses de verano es tomada por cientos  de turistas.

Ensenada de Genoveses.
Ensenada de Genoveses.

Bordearemos la playa, sin introducirnos en la arena, por un bonito pinar que la da acceso. Tomamos rumbo hacia la Cala de los Amarillos para bordear el cerro del Ave María y acceder al primer núcleo de la jornada por un bonito sendero junto al mar. Pero antes debemos pagar el conseguir esta bella imagen con un leve tramo de empujabike de menos de 100m.

Ya en San José, podremos hacer una breve parada técnica para continuar nuestro camino. Cruzando su paseo marítimo saldremos por la parte posterior de la localidad. Bordearemos así el Cerro de Enmedio.

Paseo Marítimo de San José.
Paseo Marítimo de San José.

Una buena pista nos dirigirá hacia la Cala Higuera. Una cadena vuelve a cortar el paso rodado a motor. En breve debemos tomar un desvío a izquierdas que empeora el piso y comienza a ascender. Se nota que es un tramo menos transitado que serpentea por la ladera del Cerro de la Higuera. Pronto llegaremos a un punto donde la pendiente pondrá a prueba de forma conjunta tanto nuestra habilidad como potencia sobre la bicicleta. Son apenas 50m, que a pesar de la buena tracción, consigue romper nuestro pedaleo.

Ascenso al Cerro Higuera, al fondo la rampa inciclable.
Ascenso al Cerro Higuera, al fondo la rampa inciclable.

Una preciosa recompensa nos espera al final a modo de límpido horizonte azul. Disfrutaremos ahora de cinco kilómetros paralelos al mar. Una pedregosa y ancha pista bordea la ladera del Cerro de los Frailes, que con sus 492msnm es el pico más elevado de todo el Parque Natural.

Un tramo de leves ondulaciones, pero rápido. La velocidad nos obligará a centrar nuestra atención en el piso para realizar trazadas seguras. Será un sector de continua lucha de atención entre ambos objetivos oculares; el irregular piso y el impresionante horizonte. Precaución. Pero será delito no levantar la vista y observar la instantánea de estas escarpadas laderas muriendo de forma recortada en un suave y tranquilo mar mediterráneo a modo de calas y puntas.

Por la loma del Cerro del Fraile.
Por la loma del Cerro del Fraile.

De repente, casi sin darnos cuenta, la pista se convierte en un larga y recta bajada. Las escarpadas laderas desaparecen y dan paso a una llanura. La costa se hace rectilínea en la zona de Los Escullos, con su imponente castillo de San Felipe, ahora casi a nivel del mar. Rodamos paralelos a la playa de Piedra Galera.

Los Escullos.
Los Escullos.

La pista de tierra se convierte en un vetusto asfalto para dejarnos en la carretera local por la que rodaremos a penas unos kilómetros. Atención por que debemos desviarnos por un escondido sendero que sale a la derecha de nuestra marcha y nos guiará hasta la localidad de la Isleta del Moro. Es un bonito tramo que zigzaguea para vadear un torrente seco y dejarnos definitivamente dentro de este nuevo núcleo urbano.

Para salir de este lugar tomamos el asfalto que lo une de nuevo con la carretera que habíamos tomado anteriormente. Un atajo nos permite ahorrar kilómetros de asfalto para sacarnos más adelante y enfrentarnos a la inevitable subida al Cerro de la Amatista con sus cortas, pero duras, rampas de subida. En lo alto nos espera su espectacular mirador, primero, y más tarde el extenso valle de la minera villa de Rodalquilar.

Valle de Rodalquilar. Valle de Rodalquilar.

En la bajada por la carretera tenemos que estar atentos de no pasarnos el desvío a la derecha para adentrarnos en un tramo alejado del mar. Transitamos ahora por diferentes cortijos y zonas de cultivo imposible. Palmitos y cactus sitian el camino por el que rodamos. Un pequeño laberinto de caminos nos dirige hasta la cómoda pista hormigonada que da acceso a la turística playa de El playazo, previo paso por unas de las multitudinarias torres vigías existentes en la zona. De nuevo intenso azul del mar se presenta ante nuestros ojos.

Castillo de San Ramón, el Playazo.
Castillo de San Ramón, el Playazo.

Nuestra ruta gira hacia la izquierda en busca del castillo defensivo de San Ramón desde donde podemos encontrar unas espectaculares vistas de esta playa a la que protege.

Entramos en una zona que nos indica que es una propiedad privada y en la cual están sembrando cactus y vegetación de la zona para impedir el paso, muy próximo a la fortaleza. Pero si nos separamos un poco hacia el interior podemos encontrar el camino marcado como sendero local que une esta playa con el Camping de Las Negras, en la Cala del Cuervo; nuestro siguiente objetivo.

Hacia la Cala del Cuervo.
Hacia la Cala del Cuervo.

Deberemos empujar un tramo de a penas 10 metros para superar una rampa imposible de ciclar. Entraremos ahora en una parte complicada, no muy larga, pero que nos obliga a desempolvar nuestras habilidades técnicas sobre la bici. Es una zona donde no hay lugar a errores, ya que el directo acantilado hacia el mar es bastante respetable. En algún momento tendrás que echar pie a tierra por precaución y para poder disfrutar de las vistas que este tramo nos ofrece. Pero todas estas molestias bien merecen la pena.

El descenso hasta el Camping de la Caleta es por camino donde deberemos tener precaución con alguno de los diferentes senderos que bajan hasta la Caleta del Cuervo, donde está ubicado este camping.

Una vez abajo tomamos el camino asfaltado que une esta ubicación con la población de Las Negras. Este sector es un tramo ancho, muy bien adecentado y cómodo que nos permite descansar de la aventura de los acantilados anteriores. Poco a poco, siempre con el mar a nuestra derecha, el promontorio de la Molatilla nos va presentando la pequeña y tranquila población de Las Negras.

Llegando a Las Negras.
Llegando a Las Negras.

Un breve callejeo nos permite observar que se trata de un bohemio lugar de casas blancas y calles tranquilas, al menos en esta época del año. Buscamos el paseo marítimo y nos damos de bruces con la arena de la playa. Los edificios daban salida directa al mar, sin paseo que hiciese de frontera natural. Aquí es obligatorio una parada para reponer líquidos, energías y hacer una importante toma de decisiones.

Descansando en Las Negras.
Descansando en Las Negras.

Lo más duro estará por llegar. El acceso y, sobre todo, la salida de la Cala de San Pedro es bastante complicada.

La otra opción es tomar la carretera hasta Fernan Pérez y volver al punto de partida por asfalto. Notros decidimos seguir adelante, ignorantes de lo que nos esperaba.

ATENCIÓN: Se recomienda la opción de anular este tramo y tomar la carretera hasta Fernan Pérez para empalmar con la ruta original. El tramo de la Cala de San Pedro, no es nada aconsejable.

Os cuento este tramo que, aunque no sea aconsejable, nosotros realizamos.

Salimos de Las Negras para tomar la pista de aproximación hasta la Cala de San Pedro. Tres kilómetros de acceso hasta una explanada a modo de parking desde la cual el trazado se convierte en estrecho sendero. Obnubilados de lo que se nos asoma frente a nuestros ojos, continuamos el camino. Tendremos que bajar de la bici en momentos puntuales. Nos topamos con un paraje excepcional. Una trazado que poco a poco se va complicando a medida que nos acerquemos a esta incomunicada y escondida garganta. Utilizada por los piratas como punto de actividades ilegales.

Cala San Pedro.
Cala San Pedro.

Mirada al frente para observar el Rellano de San Pedro. Un altiplano de 200m sobre el nivel del mar con falda casi perpendicular. Por allí debemos salir del lugar al que nos dirigimos. Es el punto negro de la jornada.

Llegaremos hasta la playa para pasar junto a una fuente donde podemos reponer agua.

Aquí el GPS servirá de gran ayuda para buscar el temeroso ascenso. Un sendero roto, de montaña, con un desnivel imposible zigzagueando la loma.

Atención porque no empujarás la bici… La cargarás a tu espalda para ascender casi un kilómetro por un sendero donde ni siquiera con botas de montaña se ascendiese con seguridad.

Cala San Pedro desde su rellano.
Cala San Pedro desde su rellano.

Mil rayos, demonios, truenos y relámpagos pasarán por vuestras mentes. Sudor, calor, temblor.

Más de media hora nos llevó hacer este sufrido y desaconsejado tramo hasta que llegamos a lo más alto. Podremos entonces rodar un poco hasta que llega la segunda e inesperada sorpresa. Ahora debemos bajar casi todo lo ascendido, nuevamente bajados de la bicicleta. A penas 500m mucho más rápidos que los anteriores.  Rodaremos casi cresteando un precipicio a nuestra derecha del que poco a poco nos iremos separando para adentrarnos en un  rápido sendero.

Sendero costero.
Sendero costero.

La Cala del Plomo aparece ante nuestros pies. El descenso, muy técnico, nos pondrá en evidencia en más de una ocasión. Agua Amarga quedará a penas a unos kilómetros. Pero este último tramo seguro acabará con nuestra paciencia. Habremos invertido más de dos horas para rodar poco menos de 10 kilómetros.

Tomamos la pista que parte desde la Cala de Plomo hasta la carretera.

Cala Plomo, al fondo Agua Amarga.
Cala Plomo, al fondo Agua Amarga.

Una vez en el asfalto, diez kilómetros hasta que llegar a Fernan Pérez. Un oasis donde recomponer el cuerpo.

De nuevo en camino aún quedarán 25 km para llegar, pero deberemos descender hasta el nivel del mar.

Por caminos vecinales asfaltados pasaremos por Los Martinez, Los Albaricoques y El Barranquete. Localidades que marcan una línea casi recta hacia nuestro destino final.

En esta última nos desviaremos paralelos al seco Barranco Morales que nos dejará en la carretera de acceso a la localidad de Cabo de Gata y. en su kilómetro 9, el camino hacia nuestro camping.

Allí descansaremos de cara a la siguiente ruta propuesta en la zona. Pero eso ya os lo contaremos más adelante…

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