Mérida en familia. Mérida.
NIÑOS,  VIAJES

Mérida en familia

Nueva escapada, ahora con formato familiar. En esta ocasión el objetivo principal era disfrutar de tiempo de calidad con los seres más queridos, la familia. Es por ello que, en esta ocasión, las visitas turísticas pasarían a un segundo plano.

 

No obstante, para motivación de los más mayores, concretamente del abuelo…  Se buscó un lugar que derrochase historia por todos sus costados y, además, las distancias entre los puntos a visitar no estuviesen muy alejados unos de otros. Una de las ciudades españolas que cumplen a la perfección con estos dos requisitos es Mérida. Ciudad relativamente pequeña con una alta densidad de restos romanos.

 

Así pues, un viernes después de comer nos pusimos rumbo a la capital de Extremadura. Dos horas y media después nos hallábamos a las puertas del apartamento Tíbula Teatro.

 

Con muy buena ubicación, en zona tranquila, con supermercados cercanos y a tan solo 10 minutos andando del núcleo histórico emeritense. Limpio y amplio. Nos sentimos como en casa. Recomendable.

Mérida en familia. Mérida.
Mérida en familia. Mérida.

El tiempo restante sirvió para acomodarnos en el apartamento, hacer unas pequeñas compras en el súper, cenar y disfrutar de los peques de la casa en el amplio salón.

 

No seremos nosotros los que descubramos o propongamos qué visitar en Emérita Augusta. Para ello hay webs mucho más especializadas e historiadores que pondrán sobre la pantalla todo tipo de datos y apuntes históricos de esta civilización romana que tanto nos dejó hace ya dos mil años.

 

Tan solo nos atrevemos a proponer una ruta pensada para realizar en familia, al ritmo que nos permitan los más pequeños de la casa, sin olvidarnos también del más longevo.

 

Mañana

Tras un gran desayuno en familia, sobre las 11:30 salimos del apartamento para dar un breve paseo de unos diez minutos hasta llegar a la plaza de Margarita Xirgu. Lugar donde se ubica el puesto de Información turística y núcleo principal donde se halla el acceso al Anfiteatro-Teatro romano, el Museo Nacional de Arte Romano y la Casa del Anfiteatro.

 

Desde esta web oficial puedes sacar las entradas on-line para visitar cualquiera de los monumentos del conjunto histórico-arqueológico del consocio emeritense. Te recomendamos la opción de pagar 16€ para el acceso a cualquiera de los siguientes recintos monumentales, sin necesidad de gastarlo todo en un día (no caduca):

Mérida en familia. Anfiteatro romano.
Mérida en familia. Anfiteatro romano.
  • Teatro y Anfiteatro romano, circo romano, alcazaba árabe, conjunto arqueológico de la morería, cripta de la basílica de Santa Eulalia, casa del Mitreo-Columbarios, casa del anfiteatro y centro de interpretación del templo de Diana.

 

Nosotros comenzamos con la visita al anfiteatro y teatro, en este orden. Solo por ello merece la visita la ciudad. No cogimos guía porque no sabíamos si los peques aguantaría toda la explicación, así que nos fuimos documentando con las breves informaciones que nos iban dando los diversos paneles que nos íbamos encontrando a nuestro paso. Y con los humildes datos que el abuelo nos iba comentado, gracias a su pasión por la historia. Fue nuestro particular guía.

 

Todos disfrutábamos; los pequeños por estar al aire libre en este buen día del mes de septiembre, el abuelo por las explicaciones que nos daba a los nóveles papás, y la abuela viendo a la familia unida.

Mérida en familia. Teatro romano.
Mérida en familia. Teatro romano.

Allí estuvimos casi dos horas. Las suficientes para adentrarnos en aquella rica civilización y sentirnos casi un romano más como espectador en las gradas… o luchador en la arena. Una breve pausa sentado en el teatro admirando la belleza del conjunto que teníamos ante nuestro ojos y valorando la construcción levantada hacía ya mas de dos milenios.

 

Medio día

Tras esta primera visita, era la hora de la comida. Perfecto momento para sentarnos a descansar y recuperar energías en alguna de las terrazas de la calle Jose Ramón Mélida y pagar la «tasa turística» de la comodidad.

 

Con las fuerzas renovadas, seguimos con nuestra visita en busca del Pórtico del Foro, escondido entre los edificios de la calle Sagasta. Curiosa la sensación de ir paseando para bajar la comida y, en tan solo 400 m, darte de bruces con esta construcción en medio de la ciudad como si de un edificio más se tratase. Pero no era nada más que el aperitivo de lo que nos esperaba un poco más adelante.

Mérida en familia. Templo de Diana.
Mérida en familia. Templo de Diana.

Siguiendo por la misma calle, 200 metros más adelante, nos toparíamos con el Templo de Diana. Este monumento cuenta con más presencia y se ubica en un espacio algo más abierto que el anterior. Pero siempre rodeado de edificios que parecen querer protegerlo y mimarlo.

 

Solo quedaban otros 400 metros más para llegar al conjunto de la Alcazaba y el puente romano sobre el río Guadiana. Ambos lugares vigilados bajo la presencia de la loba capitalina.

Mérida en familia. Puente romano.
Mérida en familia. Puente romano.

No visitamos la Alcazaba por dentro, pero sí la disfrutamos por fuera desde la perspectiva que nos daba el puente romano. Habíamos conseguido «engañar» al abuelo con estos pequeños hitos en el camino que habían ido saciando su curiosidad… y sin querer había caminado más de lo que estaba acostumbrado.

 

Primera hora de la tarde

Tocaba realizar una segunda parada en la jornada de hoy y la plaza de España estaba a tan solo 200 metros de nuestra ubicación.

 

La tarde acompañaba y tras unos cafés en una de las terrazas de esta bella plaza, y algún que otro baile por parte del primo mayor, comenzamos el regreso por la calle Santa Eulalia previo paso por el arco de Trajano, hasta la puerta de la villa.

 

Buscábamos el punto inicial de ruta para visitar el Museo Nacional de Arte Romano, y para ello desandamos por calles paralelas al camino de ida sin para alguna. El cansancio se iba acumulando por lo que decidimos volver a descansar a la vez que seguíamos haciendo turismo.

Mérida en familia. Acueducto de San Lázaro.
Mérida en familia. Acueducto de San Lázaro.

Para ello, tomamos el trenecito turístico que sale desde la misma puerta del museo. Los más pequeños disfrutaron de este viaje de aproximadamente media hora, y los mayores aprovechamos para conocer algunos de los lugares de interés más alejados del centro urbano a la vez que descansaban. De todos ellos, el acueducto de San Lázaro y sobre todo el de Los Milagros son los puntos más interesantes de todo el recorrido. También pasamos junto al puente Lusitania y la zona arqueológica de Morerías.

 

Si no vas con niños o personas mayores, te puedes ahorrar los 4,50€ que cuesta este paseo de poco más de 5 km.

Mérida en familia. Acueducto de Los Milagros.
Mérida en familia. Acueducto de Los Milagros.

Segunda hora de la tarde

Para completar el día, el abuelo quería visitar sí o sí el museo. A pesar de la intensidad de la jornada, su pasión por la historia ganó en la balanza al cansancio. Y con él, toda la familia detrás para seguir empapándonos de esta cultura que no dejaba de impresionarnos.

 

Los peques, empezaron a quejarse. El abuelo continuó con su visita mientras los más jóvenes esperábamos en la explanada aledaña.

 

Tras una foto familiar junto a las letras gigantes de Mérida, iniciamos la vuelta al apartamento para descansar, cenar, y seguir disfrutando de la familia.

Mérida en familia. Museo Nacional de Arte Romano.
Mérida en familia. Museo Nacional de Arte Romano.

Quedaban en el tintero para visitar en una segunda jornada el Circo Romano, la casa de Mitreo, la Casa del Anfiteatro, la basílica de Santa Eulalia (y sus catacumbas) y la concatedral de Santa María la Mayor. Perfecto para completar un fin de semana turístico en Mérida.

 

Pero quisimos ser fieles al objetivo principal de pasar tiempo en familia, lo que nos obligaba a posponer esta segunda jornada turística para una futura visita.

 

Es por ello que el domingo lo dedicamos a recoger, desayunar tranquilamente y volver a casa. El propósito estaba más que cumplido.

 

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