Diario de un viaje: Costa gallega y portuguesa en autocaravana.
25 julio, 2019/
Esta semana sacamos a la luz nuestro primer viaje nómada. Nuestras primeras vacaciones juntos. Desempolvamos todo lo que vivimos y planificamos en aquel viaje de hace ya cinco veranos. Queremos compartir con vosotros donde empezó todo. Ordenado por si alguno quiere coger alguna de nuestras ideas… o todas, ¿quien sabe?
Es esta una aventura de dos personas con espíritu nómada e ilusión infinita. Unas personas ansiosas por conocer nuevos rincones y lugares desconocidos. Personas ávidas de libertad; que anhelan escapar de la rutina. En definitiva… Unos «agonías» que querían ver el máximo de lugares en el mínimo tiempo posible.
Por ser tan larga la lista de anécdotas y vivencias, esas nos las guardamos para nosotros, me ceñiré a describir puntualmente el libro de ruta diario al que fuimos, casi, fieles. Indicando cada uno de los puntos visitados y lugares de pernoctación.
Serán muchos los lugares a conocer, pero tristemente, también serán muchos los que pasaremos por alto, puesto que en un viaje de este índole es imposible detenerse en todos y cada unas de las ciudades de paso.
Para ayudar a localizar y ubicar dichos emplazamientos, sería de gran ayuda descargar este archivo con todos los wayponits que sitúan cada uno de los sitios visitados. Para ello debes tener previamente instalado en tu ordenador el programa Google Earth
Waypoints en el Google Earth
Para ayudarnos a realizar esta enérgica, dinámica y compleja empresa; tuvimos que recurrir al alquiler de una autocaravana que nos permitiese llevar la casa a cuestas para agilizar nuestros desplazamientos.
Así como también, de bicis plegables que nos facilitarían el acceso y callejeo a nuestras visitas en las ciudades seleccionadas.
Atención, porque el vivir durante 12 días en un medio como este puede resultar tan satisfactorio como repulsivo, según la adaptación de cada persona. Una autocaravana requiere de paciencia; en las carreteras no pasa de 90-100km/h. Orden de objetos en su interior; por su reducido habitáculo. Y una autonomía energética/hídrica reducida; cada tres días parábamos a reponer aguas y disfrutar de aseos y servicios de campings.
Ojo también con los lugares donde pernoctar o acampar; porque la libertad de la autocaravana es relativa, puesto que muchas ordenanzas municipales prohíben estas prácticas en lugares donde a nosotros nos pueden parecer ideales para aparcar o pasar la noche. No obstante, en el archivo con waypoints, sitúo todos nuestros lugares de aparcamiento de la caravana en todo el viaje.
Los desplazamientos de unos lugares a otros, tampoco los describiré; con saber al punto que quieres llegar y tener un GPS actualizado es suficiente. Habrá casos en los que para llegar a un rincón deberemos transitar por carreteras rurales estrechas muy incómodas (sobre todo en Galicia) para la conducción de estos autos. Y en otras ocasiones salir incluso del asfalto, nada recomendado para este tipo de vehículos. Por lo que no estaría de más supervisar los desplazamientos en casa antes de ponernos al volante.
Como última advertencia, es este un viaje que te permitirá conocer muchos lugares, pero en el que debemos tener en cuenta que el precio a pagar son muchas horas de carretera y donde el descanso se ciñe prácticamente a las horas nocturnas. Por lo que debemos también saber disfrutar de esos paisajes que nos ofrece la carretera, donde aprovecharemos para comer mientras conducimos. Tomadlo como parte interesante del viaje, mirando más allá del negro asfalto.
Sin más dilación, os presento nuestro viaje resumido en imágenes, breves anotaciones y recomendaciones.
Día 1: Viaje de ida.
Viaje desde casa hasta el lugar de inicio de la ruta. En nuestro caso, toda una tarde entera de desplazamientos por carreteras, principales y secundarias, que nos sirvieron para conocer e intimar con Caracolito, como así bautizamos a nuestra autocaravana.
El primer destino es la playa de las Catedrales. Como llegamos antes del ocaso, tuvimos tiempo de dar un breve paseo por sus acantilados, sin bajar a la playa por estar con marea alta. Y tomar una cerveza en el bar situado junto al parking donde pernoctaríamos.
Día 2: Costa norte gallega.
– Visita a la Playa de las Catedrales. Es imprescindible que se realice con la marea baja. También es necesario, llevar una autorización para el acceso.
– Paseo en bici por la costa lucense, aprovechando el carril bici hasta la ría de Foz, con cervecita incluida.
– Punta Estaca de Bares. Punto más septentrional de España. Con breve paseo desde su faro por un sendero.
– Acantilados de Loiba. «El banco más bonito del mundo«. Ojo, para llegar se han de transitar carreteras locales muy estrechas. Es un lugar que cada vez tiene más visitas y a día de hoy (verano 2015) aún no está adaptado el acceso al volumen de turistas que cada vez es mayor.
– Costa Cedeira. Acantilados A Capelada. Los más altos de Europa. Existen numerosos miradores que salen desde la carretera que asciende desde Cariño hasta este punto. Atento a la carretera.
– Cruceiro de Teixido y Placa de la muerte de Leslie Howard. Se nos echa el tiempo encima y debemos llegar a nuestro destino final. Obviamos visitas del cuaderno de viaje.
Noche en A Coruña.
Día 3: Costa da Morte
– Paseo en bici por A Coruña. Torre de Hércules, playa de Riazor, plaza de María Pita…
– Malpica de Bergantinhos. Paseo por puerto y cervecita «Estrella Galicia» en la playa.
– Muxía. Subida al cruceiro y visita al Santuario Virgen de la Barca.
– Finisterre. El fin del mundo. Parada en su mirador, antes de llegar. Destino final del Camino de Santiago.
– Ézaro. Desembocadura al mar en casacada más alta de europa.
Para llegar aquí desde Finisterre, se recomienda el paso, sin parada, por Cee y Concubión.
– Gran duna de Corcobeiro. Sí dunas… Como las de los áridos desiertos, pero en Galicia.
– Recorrido sin parar por la isla de La Toja y O Grove.
– Istmo de la playa de La Lanzada, desde el mirador.
– Santuario de A Lanzada.
– Combarro. Bonitos Hórreos. Paseo con un buen Albariño.
– Cangas del Morrazo, Aparcamos autocaravana. Abastecimiento de comida en supermercado para los siguientes días. Cogemos el barco de las 18:30, previa reserva, para pasar la noche en el Camping de las islas Cíes.
El viaje no dura más de 45 minutos, y sirve como de antesala a la jornada de relax y paz que vamos a vivir las próximas horas.
El camping es obligatorio hacerlo con reserva. No tiene puntos de luz, por lo que debéis llevar los móviles y demás objetos electrónicos cargados. Allí la gente lucha por coger un enchufe del baño; o en el mejor de los casos, tener sitio en el lugar disponible para cargar con tomas de luz (cobran por ello).
Aunque sinceramente, os recomiendo que por un día intentéis vivir sin ellos. Merecerá la pena desconectar del resto del mundo durante una jornada en este lugar, que además invita a ello.
Desde el embarcadero hasta el camping no hay más de un kilómetro de distancia pero unos carritos a disposición de los campistas nos esperan para aliviar el transporte de las mochilas.
Allí hay un pequeño mercado donde comprar cosas básicas de higiene y alimentación. También un bar donde poder comer o tomar una cerveza.
Lo que queda de tarde la usamos para para hacer el check-in, montar la tienda, asearnos y sentarnos a ver el atardecer sentados en el dique y cenar y tomar unas cervezas en la terraza del bar mientras jugamos al cinquillo…
Día 5: Islas Cíes
Es muy recomendable madrugar. Despertarse al amanecer. Todo el mundo que ha pernoctado en la isla aún duerme, y los primeros barcos no llegan hasta las 10:00. Es un momento perfecto para patear la isla, que en estas primeras horas está desierta. Sola para ti.
Nosotros escogimos las rutas del Alto del Principe y del faro Peito, ambas hacia el norte.
A la vuelta de nuestro paseo vespertino, el camping comenzaba a despertarse. Momento que aprovechamos para desayunar, hacer el check-out y visitar la afamada playa de Rodas. Esta en su día, fue nombrada como la playa más bonita del mundo en algunas listas internacionales. El Caribe en Galicia.
La isla comienza a habitarse. Tras paseos por la orilla y descansos sobre la toalla. Es momento de comer (cuidado con las gaviotas), recoger los bártulos y para dirigirnos al embarcadero para decir adiós a esta bella ínsula, y sus amenazantes gaviotas.
A las 17:00 partía nuestro barco de regreso a Cangas. Justo un día después de haber abandonado a «Caracolito», que nos esperaba con las despensas llenas para continuar nuestro camino.
– La Guardia. Monte y Castros de Sta Tecla. Junto a la desembocadura del río Miño que hace de frontera natural con Portugal.
Directos a Oporto para cenar y dormir. Ojo, cambio de hora (ganamos una hora de camino) Camping Orbitur Canidelo.
Día 6: Oporto-Aveiro-Figueira
– Oporto. De nuevo hacemos uso de las bicis plegables para acceder al centro urbano desde el camping por un bonito paseo por la ribera del río Duero. 7 kilómetros.
La mañana la dedicaremos para tomar un vino Oporto en las bodegas con vistas al Duero en la avenida Diogo Leite, cruzar por el emblemático puente de Luis I, pasear por la transitada Calle Ribeira o callejear por las estrechas calles del barrio de pescadores. Rodar la comercial Rua das Flores.
O visitar algunos edificios emblemáticos como la Iglesia de San Francisco, Capilla de nuestra señora de la Piedad, Iglesia de los Clérigos o la plaza de la Libertad.
– Aveiro. La tarde la pasaremos en la «Venecia» portuguesa. Paseando por sus calles, disfrutando de sus cafés y helados. Y comprando un Oporto para seguir disfrutando se su sabor.
– Figueira da Foz. La noche la pasamos aquí. Tocaba ya un poco arreglarse, cenar bien. Mojitos y discoteca.
Día 7: Nazaré-Bahía de San Martín-Isla Baleal-Peniche
– Nazaré. Paseo para ver el balcón, el faro y visitar la iglesia de Nazaré.
– Bahía de San Martín. Peculiar playa con forma de concha con aguas tranquilas para descansar y comer.
– Isla Baleal. Peculiar enclave con dos playas que crean un istmo que une a la isla de Baleal con la línea de costa. Playa surfera para tomar una cerveza, pasear por la orilla, visitar el istmo con su particular carretera y un breve paseo por la pequeña isla.
– Peniche, de camino a Lisboa, sin bajarnos del coche, para ver sus murallas defensivas, rodar hasta su faro y volver a salir por uno de dos únicos pasos para acceder a esta minipenínsula.
– Noche en Lisboa en el camping Lisboa. Separado de la ciudad pero muy grande con muchos servicios y línea de bus que da acceso al centro.
Día 8: Lisboa
Pasaremos el día completo en la capital de Portugal. En bus desde el camping hasta la parada de Belem.
Allí un paseo para visitar el Jardín de la plaza del Imperio, el Mirador de los Descubrimientos, la Torre de Belem y la Iglesia de los Jerónimos. Comida en el Mc Donals (se estaba resistiendo).
Y asaltar un tranvía, típico transporte de Lisboa, dirección Plaza del Comercio, a la zona centro.
De nuevo, paseo por la plaza Figueira, café con pastel de Belem en una terraza de las calles centrales, visita al Mirador de Sta Justa, visita de las ruinas de la catedral del Carmo, plaza de Pedro IV.
Rua Augusta para acabar en la plaza del Comercio, visitar la catedral de Se y tomar el autobús que nos lleva de nuevo al camping.
La noche la pasaremos en un tranquilo parking de la localidad de Almograve, ya en la costa Vicentina, en el Alentejo portugués.
Día 9: Parque Nacional del Alentejo – Costa Vicentina
– Paseo vespertino por la playa de Almograve para activar los cuerpos. Porque despertar con estas vistas «amodorra» bastante.
– Zambujeira do Mar. Paseo y cervecita en la terraza de una bar en la plaza de pueblo para después visitar su bonita playa de Alteirinhos, (cuidado para acceder con la caravana). Foto y vuelta para seguir conociendo más.
– Odeceixe. Grata sorpresa y descubrimiento el de este lugar. Desembocadura del río que hace un meandro antes de morir en el mar. Podemos disfrutar de las suaves corrientes del agua dulce o de las bravas olas del agua salada. En medio, una gran playa (recomendable visitarlo en bajamar) con gran extensión de arena. Tiene también unos acantilados con cuevas que resultan muy atractivas visitar.
El parking regulado prohíbe caravanas, es por ello que debemos acceder por una ruta alternativa donde después tendremos que vadear el río.
– Playa Amoreira. No tenía otro interés que el personal por complicidad con el apellido, pero la playa es de características similares a la anterior (y mucho menos atractiva). Pero de camino a ella, encontramos unos bonitos, peculiares y peligrosos acantilados a los que quisimos desafiar (unos más que otros)
– Punta Arrifana. Desde la que se divisan kilómetros de acantilados de la costa vicentina. Zona con movimiento; ambiente joven y surfero. Un heladito para que se nos pegue algo…
– Cala Mirouço. Espectacular rincón, de los que nos gusta de verdad. Solitario, escondido, de difícil acceso, sin servicios. Complicado aproximarse a él con la autocaravana. Era tarde y solo lo vimos desde arriba. Pero merecerá la pena llegar a bajo y disfrutar del lugar.
– Noche en Vila do Bispo, concretamente en el mirador de Cordorama.
Día 10: Algarve I
– Mirador de Cordorama. Bonitas vistas para despertar. Reponer víveres en Vila do Bispo y continuar la marcha.
– Cabo de San Vicente. Punto más al suroeste de la península Ibérica.
– Fortaleza y playa de Belchite. Con pequeño paseo descendiendo su acantilado hasta el agua.
– Una cerveza Sagres en Sagres. Una breve parada en un bar para hacer la gracia 😉
– Punta Piedad, en Lagos. Puedes alquilar o contratar un paseo en barco para ver estas bellezas arquitectónicas naturales desde otro punto de vista.
– Potimao. Solo era de pasada para comer, pero las fuerzas flaqueaban y el cuerpo pedía reposo. Por su culpa nos quedamos sin ver la peculiar playa de Benaguil, calas de Carcoveiro y Albufeira. Pero todo no se puede tener.
– Noche en Quarteira. La idea era hacerlo en el camping, pero llegamos tarde y pernoctamos en la calle.
Día 11: Algarve II
– Tras nuestro paso por Quarteira sin pena ni gloria. La razón fue para usar el camping, que al final no utilizamos; al menos sirvió para avanzar en el recorrido y estar más cerca del primer destino de hoy.
– Faro. Capital del Algarve. Paseo por sus calles, su casco antiguo, su puerto. Desayuno con pasteles de Belem. Compras de recuerdos.
– Ohlao. Famosa por sus mercados y mercadillos. En ellos nos adentramos.
– Tavira. Con su famosa isla. Allí llegamos a medio día. Sin necesidad de reserva para tomar el barco. Salen cada media hora. Ni tampoco para acceder a su camping. Allí pasaríamos nuestra última noche. Como hicimos en Cíes. abandonando a «Caracolito».
Check-in en el camping, instalación de la tienda, pelea con los vientos. Paseo por la kilométrica y galardonada playa, descanso, ducha. Cena por todo lo alto.
Y de nuevo, paseo por la playa con la luna a nuestro pies. Nos quedamos dormidos sobre la arena. Volvemos al camping. Mañana tenemos un largo camino de vuelta.
Hola nos estamos preparando una camper y nuestro primer viaje va a ser a Galicia Portugal
Quiero daros las gracias por toda la información que se que lleva mucho trabajo…..
Me encanta
Gracias
Buenas tardes
Se agradecen mucho estos mensajes, es por ello que nos ayuda a seguir por aquí contando nuestras aventuras y experiencias. Espero que disfrutarais mucho tanto del viaje como de la camper, nosotros hemos ampliado la familia y por tanto tenemos que ampliar la furgo asi que ya os iremos contando mas aventuras.
Un abrazo
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2 Comentarios
Mariay
Hola nos estamos preparando una camper y nuestro primer viaje va a ser a Galicia Portugal
Quiero daros las gracias por toda la información que se que lleva mucho trabajo…..
Me encanta
Gracias
admin
Buenas tardes
Se agradecen mucho estos mensajes, es por ello que nos ayuda a seguir por aquí contando nuestras aventuras y experiencias. Espero que disfrutarais mucho tanto del viaje como de la camper, nosotros hemos ampliado la familia y por tanto tenemos que ampliar la furgo asi que ya os iremos contando mas aventuras.
Un abrazo