Castañar de Casillas, con niños.
Hoy os proponemos una bonita ruta de montaña, perfecta para realizar con niños. Está basada sobre la oficial que propone el Ayuntamiento de Casillas, recortando un par de kilómetros el sendero local número 3, por el hecho del porteo de la pequeña India.
Es una perfecta alternativa para evitar la aglomeración del archiconocido castañar de El Tiemblo, localidad vecina ubicada en la ladera opuesta de la montaña. La pequeña diferencia entre ambas es que en Casillas los castaños se ubican principalmente en dentro de explotaciones privadas. Y en su vecina de la vertiente norte, el bosque se halla dentro de un espacio natural protegido. De cualquier manera, la presencia de estos árboles con sus bonitas tonalidades otoñales, siempre son un lujo para nuestra vista en esta época de finales de octubre.
Atención
Un dato a tener en cuenta es que, al ser explotaciones privadas, todo fruto que se encuentre en camino público, pero que proceda de un árbol ubicada en una finca privada, pertenece al dueño del árbol. Así pues, por favor, si queremos seguir disfrutando libremente y sin pagar tasas por acceder (como se viene haciendo los últimos años en el término de El Tiemblo), respetemos la propiedad privada y disfrutemos de este precioso paseo al cobijo de la sombra y paisajes que nos brindan. Sin necesidad de hurtar el trabajo ajeno.
Ruta
La salida oficial del sendero se realiza desde el pueblo, pero con vistas a evitar aglomeraciones de coches en este laberíntico y pequeño núcleo urbano, decidimos iniciar la ruta desde una pequeña explanada que existe en la carretera de acceso a la localidad.
Al ser circular, podemos iniciar la marcha en el sentido que queramos. Recordemos que es una ruta de montaña y como tal debemos salvar siempre algún desnivel. Nuestra decisión fue realizar el tramo inicial en ascenso, de cara a tener una segunda parte más relajada. Para ello tomamos el sentido horario.
Evitaremos un corto tramo por asfalto tomando una escondida senda que une la explanada donde hemos dejado el coche con el trazado original de la ruta. Una vez en ruta, se inicia un pronunciado descenso por un frondoso pinar en busca del vadeo del arroyo del Pajarero. Una vez cruzado, se inicia la exigente subida hasta el pueblo.
El ascenso es duro, pero corto. Ya en el núcleo urbano es cierto que el piso mejora y el desnivel da algo de tregua, pero se mantiene el ascenso.
Saliendo del pueblo, y aún por asfalto, comenzaremos ya a disfrutar de castaños centenarios. De su color, de su sombra, de su belleza.
El camino se bifurca a la derecha y comenzará un paseo muy liviano y cómodo por el corazón del castañar. Es aquí donde hacemos la parada técnica para que India, que marcha en el porteo disfrutando como la que más, reciba su comida. Lugar idílico donde parar para disfrutar de la naturaleza. Unas lanchas de granito plagadas de musgo hacen de poyete para la ocasión.
Tras reanudar la marcha, debemos estar atentos a un camino que sale a la derecha en busca de la pequeña vaguada que forma el arroyo Pajarero. Tras vadearlo, el sendero parece difuminarse entre helechos, pero solo debemos salvar el pequeño desnivel para acceder a una ancha pista.
Girando hacia la derecha, el camino nos llevará en suave descenso al punto inicial. Este último y cómodo tramo, discurre por un bosque mixto de castaños, robles y pinos.
Nos toparemos con la carretera donde hemos dejado el coche, a la izquierda de nuestra marcha. Será el momento de buscar un lugar para comer. Este sitio puede ser una opción. Aunque otra más atractiva está a tan solo 10 minutos en coche, al otro lado del pueblo. En las Eras del Prado marcado con un «waypoint» en la ruta adjunta.
Lo dicho, una bonita alternativa al Castañar de El Tiemblo con un poquito de «picante» en su inicio, pero una segunda parte muy tranquila y «disfrutona». Nos ha llevado un par de horas (con paradas y picnic incluido) para hacer 5km y casi 200 metros de desnivel.