Balcón Pineta
SENDERISMO

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Los Pirineos siempre impresionan. Puede ser cierto que la parte francesa sea más imponente y bella que la española. Pero hay rincones en nuestra vertiente que nada tienen que envidiar a la de nuestro vecino.

Faja Pelay, al fondo Monte Perdido
Faja Pelay, al fondo Monte Perdido

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, compuesto por sus cuatro valles; Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuain; guardan un áurea mágico. Especialmente el primero, que da nombre a esta bella reserva natural.

Balcón Pineta
Balcón Pineta

Tres días dan para mucho. Y eso es lo que proponemos. Conocer tres de estos cuatro valles intentando salir de las rutas más transitadas, pero sin meternos en territorios para especialistas. Jornadas para tres locos ávidos de aventuras y naturaleza.

Valle de Ordesa: Senda de los Cazadores y cola de Caballo.

El primer día nos desplazamos hasta Torla para acceder hasta el interior del valle de Ordesa. Dependiendo de la temporada, estaremos o no obligados a dejar nuestro coche en el parking habilitado en el bonito pueblo de Torla-Ordesa.

Desde allí tomaremos un autobús que nos llevará hasta el inicio de nuestra ruta. Para más información sobre horarios, calendarios de acceso y demás podéis visitar la página oficial de Ordesa.

Población de Torla-Ordesa
Población de Torla-Ordesa

Tras los 15 minutos aproximadamente que dura el trayecto en autobús, iniciamos nuestra ruta siguiendo el río Arazas. Pero pronto nos separamos de la ruta original para desviarnos a nuestra derecha, cruzar el puente de los cazadores e introducirnos en la empinada subida a la faja Pelay por la senda de los Cazadores.

Senda muy estrecha y dura que no es aconsejable realizar en épocas húmedas debido a lo abrupto y escarpado del terreno, y a los posibles resbalones. En épocas secas también hay que tener especial cuidado con los posibles desprendimientos. No obstante, con paciencia y cuidado puede afrontarse con normalidad por cualquier persona con un estado físico aceptable.

Una de las zonas más sencillas de la subida.
Una de las zonas más sencillas de la subida.

El camino asciende más de 600m de desnivel en poco más de 2 km. Las vistas que nos va regalando cada vez que el denso bosque se abre, bien compensan el esfuerzo que se está realizando.

No debemos desesperar en la subida, ya que será lo más duro de la jornada. La cabeza tomará un importante papel en este primer sector de la jornada.

Claros en el bosque en el ascenso.
Claros en el bosque en el ascenso.

Arriba, al final del camino de ascenso, nos espera el mirador de Calcilarruego. Será la cota más alta del día con casi dos mil metros de altura.

Mirador de Calcilarruego
Mirador de Calcilarruego
El valle se nos presenta imponente desde esta Faja Pelay, a la que acabamos de llegar y por la que transitaremos hasta llegar a la Cola de Caballo. Siempre a media ladera de este espectacular valle de Ordesa.
Continuaremos nuestro camino, ahora onduleando por la falda de este cañón, que nos va introduciendo y sacando de intermitentes bosques. Una senda que serpentea según las vicisitudes del terreno y que nos dirige hacia el circo de Soaso.
Es este un tramo mucho más cómodo y benévolo, tanto física como paisajísticamente hablando.
Sector que invita a hacer pequeñas paradas para reponer fuerzas a la vez que disfrutamos tomando bellas instantáneas.
Faja Pelay, senda de los Cazadores.
Faja Pelay, senda de los Cazadores.
El macizo de las tres sorores (Monte Perdido, Marboré y Raumond) comienza a asomar a medida que el valle permite ese giro hacia el norte y el bosque desaparece lentamente de nuestro alrededor.
Las piedras nos zancadillearán porque será hipnótico la postal que se nos presenta al frente. Casi sin darnos cuenta estaremos en el prado de Soaso a los pies del círculo del mismo nombre que nos presenta un nuevo regalo para nuestros ojos, la cascada de Cola de Caballo.
Cola de Caballo, río Arazas
Cola de Caballo, río Arazas
Obligada caída de agua del río Arazas para salvar el desnivel que presenta este bonito circo en lo más profundo del valle de Ordesa.
Tras el descanso «oficial» de la jornada, nos disponemos a dar media vuelta y hacer el regreso al punto de partida, ahora por la zona más profunda y transitada del valle.
 Pradera de Soaso
Pradera de Soaso
El valle, amplio en este tramo comienza poco a poco a encajonarse. Seguiremos el sentido de las aguas del río Arazas que va produciendo múltiples saltos en su camino por el valle de Ordesa.
El primero de ellos se presenta a modo de gradas, pequeños escalones que hacen del sitio una postal de esas que se graban en la retina y parecen no borrarse jamás. Las Gradas de Soaso.
Gradas de Soaso
Gradas de Soaso
El tiempo se te puede echar encima si te quedas embelesado con estas maravillosas vistas. Pero parece inevitable aproximarse al cauce, más cuando el ruido de sus aguas acompañan nuestros pasos en este tramo de la ruta.
Más adelante la cascada de la cueva nos llamará la atención y nos obligará a disfrutar de sus vistas. Lo mismo ocurrirá con la cascada del estrecho.
El camino se ha hecho cómodo desde hace kilómetros, pero las horas de actividad van pasando factura. Nos adentramos en un bosque de hayas para toparnos con una bifurcación que nos lleva al mismo punto final. Uno continúa por el margen derecho del cauce y la otra lo cruza por el puente de Arripas para seguir por el otro lado, mucho menos transitado. Escogemos esta segunda opción.
Poco más adelante, y tras dejar a la derecha el puente de Cotatuero, llegaremos al punto de partida dejando atrás una larga pero bella jornada de montaña.

Valle de Pineta: Balcón Pineta y lago Marboré.

El segundo día nos desplazamos hasta Bielsa, puerta de entrada del valle de la Pineta.

El sendero que asciende al balcón de la Pineta es una ruta dura tanto física como psicológica. Una lucha contra tus piernas y tu cabeza. Un ascenso que limará nuestra paciencia. Todo un reto, tal vez más psicológico que físico.

Circo Pineta desde el prado
Circo Pineta desde el prado

El camino comienza en la pradera Pineta, a los pies del circo de Pineta, donde podemos dejar el coche por un módico precio de 2€ para toda la jornada. Próximo al Parador de la Pineta.

Los primeros pasos nos adentran en un denso bosque donde la pendiente comienza a ascender levemente. La senda es cruzada por la pista que sube a los llanos de La Larri, pero nosotros continuamos en ascenso en busca de los carteles del camino Marboré. Pronto estaremos rodeados de un tupido bosque de hayas que poco a poco irá desapareciendo para estar rodeados de helechos en la zona conocida como El Felgueral.

Denso bosque en el inicio. 
Denso bosque en el inicio.

Aquí se nos presenta, casi desafiante, la pared vertical que debemos ascender hasta su arista. Buscamos con la mirada y nos parece casi imposible desde este ángulo el ascenso sin hacer uso de técnicas de escalada.

Cascadas del Cinca, desde el Felgueral
Cascadas del Cinca, desde el Felgueral

Nada más lejos de la realidad, no son necesarios estos conocimientos técnicos, tan solo fondo físico y una mente de acero.

El río Cinca se precipita por el círculo raudo y feroz. Llegamos hasta la bifurcación que nos permite visitar de cerca esta caída, pero nosotros seguimos fieles al camino de Marboré.

 Llegando al embudo
Llegando al embudo

Poco a poco vamos tomando altura, ahora por una pista empedrada donde debemos estar atentos a los hitos de piedra para no perder el camino correcto. Estamos en El Cantal.

Es a partir de aquí donde la mente ha de ser especialmente fuerte ya que tras dos horas de ascenso, aún nos encontramos en medio del camino. Debemos tomarlo con calma, haciendo paradas, tomando fotos y reponiendo fuerzas.

El embudo, llegando al balcón.
El embudo, llegando al balcón.

Antes de llegar al tramo final del Embudo, la pendiente suaviza y nos regala un salto de agua gélida donde hacer la última parada, antes del ataque final del ascenso.

El embudo es un canchal, árido, sin vegetación que zigzaguea desafiante a la montaña donde en épocas invernales lo podamos encontrar helado o con nieve.

Balcón de la Pineta
Balcón de la Pineta

Una vez arriba, las vistas hacia todo el valle de La Pineta nos recompondrán todo el esfuerzo requerido. Pero no podemos quedarnos aquí. Ya una vez arriba, debemos continuar nuestro camino en busca del glaciar de Monte Perdido que tristemente desaparecerá en cuestión de años.

Glaciar desde la morrena
Glaciar desde la morrena

La morrena glaciar, un paisaje lunar, nos dirigirá hacia el Lago Marboré. Remanso de paz donde establecemos nuestra parada «oficial» con el refugio Tucarroya ubicado en una brecha al otro lado del lago. Terreno aquel, ya de nuestros vecinos franceses.

Lago Marboré
Lago Marboré

El recorrido no habrá acabado aquí. No. Ahora deberemos desandar todo lo realizado hasta ahora. Y no será coser y cantar. Cuidado con el tiempo de luz.

En la bajada, algo más relajada nos permite disfrutar de las vistas y de visitas de algunos castores que se dejan ver por estas altitudes.

Río Cinca
Río Cinca

Ya en el bosque tomamos la opción de la pista de La Larri para llegar al punto de inicio por un camino más cómodo ya que las piernas llegan tocadas de esta dura subida al bello Balcón de la Pineta.

Refugio Tucarroya. Francia al otro lado.
Refugio Tucarroya. Francia al otro lado.

Antes de volver de camino a Bielsa, unas cervezas en su parador para celebrar nuestro reto de hoy.

Cañón de Añisclo: Barranquismo por el río Bellos.

El tercer día desde la bella localidad de Aínsa, contratamos con una empresa de turismo activo una actividad de barranquismo para disfrutar del Cañón de Añisclo desde otra perspectiva.

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