
Puertos asturianos desde Pola de Lena.
Hacía tiempo que no dedicaba una entrada a la bici en la web. Tranquilos; no, no la he abandonado. Hoy os voy a hablar de una escapada de tres días, más uno, a nuestro paraíso del norte. Un viaje intenso donde poder confirmar el verdadero carácter de los puertos asturianos; cortos, pero explosivos. Todos en torno a Pola de Lena, donde ubicaremos nuestros cuartel general.
Localidad con todo tipo de servicios para disfrutar de una bonita estancia. Nosotros nos hospedamos en los Apartamentos Aramo, totalmente recomendables.

Allí nos ubicamos toda la grupeta de Bike&Pelotis, algunos con sus mujeres e hijos, para disfrutar de la benévola climatología que normalmente acompaña este lugar, puerta de entrada a Asturias desde la meseta castellana.
Tras la llegada de todos los componentes. Nos dispusimos a realizar la primera de las tres etapas preparadas para realizar en grupo. Estas etapas siempre fueron diseñadas con la idea de flexibilizar la ruta en función del estado físico o tiempo que cada uno quisiese invertir sobre la bicicleta
Día 1. Cobertoria, Gamoniteiro, Muriellos y Alba.
Desde el mismo apartamento se inicia la subida oficial al puerto de la Cobertoria, con extensión a las antenas del Gamoniteiro por su lado oeste. Una subida que nada tiene que envidiar a cualquier puerto alpino o pirenaico. Nos dio a todos de bruces nada más empezar. El hecho de no tener el «nombre» de cualquier puerto típico nos dio aires para subestimarlo; pero ojo, que pica. 15 kilómetros a una media del 9% no son cifras para hacer de menos a ningún ascenso.
Gamoniteiro
El asfalto perfecto, la carretera amplia, y las vistas espectaculares… Lo malo, que nos lo encontramos todo ello sin haber preparado tanto las piernas como la cabeza. Pero era lo que había, ya lo sabéis vosotros si vais.
Los dos primeros kilómetros hasta Piedraceda, serán los únicos livianos que tendrán algo de compasión con el ciclista. Los seis kilómetros siguientes hasta el enlace con el collado Cochu Puerco, son de un sostenido 10-11%. Una carretera que serpentea por la loma de la falda sin regalar ninguna curva de herradura, pero que nos deja la vista del corte del asfalto sobre la montaña recordándonos la pendiente por la que asciende la carretera. Duro, pero bonito.

Al llegar al desvío del Cochu Puerco (o también llamado Collada da Foz), el ascenso suaviza durante un kilómetro hasta coger el desvío de las antenas del Gamoniteiro. Nos habrán faltado a penas un kilómetro para coronar la Cobertoria, pero lo haremos a la bajada de las antenas.
Durante otro kilómetro, el primero tras tomar el desvío tendremos los únicos tramo con pendiente negativa de todo el ascenso. Pero no te vengas arriba, no serán más de 2oo metros de descanso.
La carretera ancha y adecentada ha dejado paso a un carrterín estrecho que se va abriendo paso entre pastos para regalarnos la imagen del ascenso. En la Colada del Fresno será obligada una parada para disfrutar de las vistas a los dos valles y a los prados cercanos donde posiblemente encuentres equinos salvajes.
Una vez retomada la montura de carbono, iniciaremos el definitivo ascenso ya entre pastos y rodeados de moles de piedra que se elevan ante nuestras miradas.

El asfalto dejará paso al hormigón, en algún tramo corto demasiado roto, pero pasable. La antena rojiblanca será la referencia del punto final. A falta de tres kilómetros la pendiente se endurece definitivamente en torno al 11% con rampas que se irán endureciendo a medida que vayamos aproximándonos a nuestro primer objetivo.
Allí se presentará, desafiante, cuando quede un kilómetro. Aires del Mont Ventux vendrán a la cabeza. No tiene nada que envidiarle al coloso francés, si a caso el mar firme de estos últimos kilómetros.
Pero lo conquistarás. 1.772 metros sobre el nivel del mar. 15,5 kilómetros y unos 1.400 metros de desnivel después estarás en lo alto de este gran coloso asturiano. Solo queda disfrutar de las vistas, reponer energías y continuar nuestro viaje de hoy.

En el descenso disfruta sin dejar de prestar atención al firme. Al llegar de nuevo a la carretera, gira a la derecha y culmina el puerto de la Cobertoria, ahora ya en su último kilómetro, el más benévolo de todos.
Descenso por Cortés
Toca seguir bajando. Pero no lo haremos por donde todo el mundo lo hace. Giraremos hacia la izquierda por un carreterín que nos va a permitir disfrutar de la verdadera Asturias. Cierto que el asfalto no tendrá la misma calidad que la carretera que desciende directo a Bárzana, pero merecerá la pena.
Diez kilómetros de descenso con unas vistas innegociables, con firme de todo tipo. A veces recién asfaltado, otras botoso, pero la mayoría en estado «aceptable» para descender si vamos sin prisa y disfrutando del paisaje.

Hasta llegar a Cortés tendremos un par de repechitos en la bajada que nos pondrán las piernas tensas, pero tranquilos nada de lo que asustarse.
Ya en Cortés, la carretera gana enteros (no muchos) y llegaremos a Santa Marina por el fondo del valle que previamente divisábamos desde las alturas.
Antes del cruce, podemos reponer aguas en la fuente para seguir.
Alto de Muriellos
En el cruce se puede optar por subir la Cobertoria, ahora por su vertiente oeste, para volver al punto de inicio. U opta por seguir hacia la izquierda en busca de una desconocida y bonita subida hasta el pueblo de Muriellos.
Algo más de 4 kilómetros al 9% con gran parte de sombra, que hacen esta subida muy agradable. Una vez en el pueblo, pensarás que has llegado a lo más alto pero… si sigues por sus calles y lo cruzas, puedes ascender durante un kilómetro más hasta Muriellos Alto, pero ojo que aquí se esconden porcentajes de hasta el 22%.

De nuevo volvemos sobre nuestros pasos para regresar a la carretera general. La mayoría de nuestro grupo decidió que era momento de volver a Pola y rodaron en busca de Gamoniteiro. Pero tres inconscientes decidimos seguir en busca de la Ermita de Alba.
Ermita de Alba
A unos 4 km pasado Bárzana, sale a mano derecha un desvío hacia Salcedo. Los primeros 4 km hasta dicha localidad son duros, pero aceptables. Por una carretera de montaña en ocasiones parcheada pero decente.
Pero los siguientes 3 km desde Salceda hasta la Ermita… son el infierno. Es un camino que era utilizado para subir a caballo desde el pueblo hasta la ermita y que en el año 2015 se asfaltó para llevar La Vuelta hasta allá arriba.

Duro, épico. La primera curva al salir de Salceda ya nos da la carta de presentación. El resto… mete un 32 detrás si no quieres sufrir sobre la bicicleta ya que encontrarás puntos donde el 20 % aparecerá en tu ciclocomputador.
Verás la ermita a lo alto, pero no podrás llegar hasta ella. Estarás en la zona del parking cuando creas que hayas acabado, pero aún quedará un giro para encontrar el muro y la meta final que hoy en día sigue pintada en el asfalto.
Para volver, atención a tus frenos. Se calentarán en demasía. Úsalos con razonamiento.
Puerto de la Cobertoria
De nuevo en la carretera principal, el objetivo era el ascenso a la localidad de Berniego (del estilo de Muriellos). Pero desistimos, y paramos en Bárzana para comer y afrontar el definitivo ascenso al Puerto de la Cobertoria por su lado oeste.
Tendremos 8 km y 9% de media por delante desde Santa Marina. Sus números son serios, pero más lo serán después de toda la jornada de hoy. Respétalo. Sube a tu ritmo y disfruta.
Un ascenso algo más leve que su otra vertiente, pero que debido a la temperatura y la acumulación del cansancio, puede llegar a ser más tortuoso que la vertiente de Lena.

Ascenso mantenido entre el 8-9%, sin ningún regalo en todo su tramo. Asfalto perfecto y visibilidad adecuada. Tendremos a nuestra derecha las vistas al valle por el que descendimos anteriormente. Un mirador a poco de coronar nos invitará a parar en él. Pero lo podemos rechazar, solo queda un kilómetro para una cima que ya se muestra ante nuestros ojos.
El descenso se presenta muy apetecible. Pero recuerda que somos cicloturistas y tenemos otras obligaciones más allá de la bici. Baja disfrutando pero con cabeza.
Habremos realizado una etapa de unos 90 km y más de 3.600 metros de desnivel positivo. Que bien pordría haberse alargado o acortado. Perfecto para empezar nuestras vacaciones por el paraíso asturiano.
Día 2. Cordal, Angliru, Corchu Puerco.
Tras una buena tarde de sidrinas y una noche de cachopos, nos dispusimos a iniciar la segunda jornada de nuestras vacaciones.
Si ayer teníamos el inicio de puerto en la misma puerta del los apartamentos. Ahora disponíamos de un par de kilómetros durante la travesía de Pola para mover las piernas antes de afrontar la primera de las subidas de hoy. El puerto del Cordal.
Puerto del Cordal, por Pola de Lena
En números son 5 kilómetros a un 9% de media que representan a la perfección los puertos asturianos. Cortos e intensos.
Tras cruzar el viaducto del tren se inicia la subida que se presenta sería desde el primer momento. Pero las piernas aún estarán frescas y a penas notaremos este 9%. Poco después, entre las localidades de Muñón Fondero y Culquera de abajo, la carretera parece darnos un respiro antes de volver a ponerse tensa.
El asfalto está algo más roto que el hermano mayor de la Cobertoria y su anchura es algo menor, también. Pero por contra, ofrece mayor sombra al ciclista. El trazado asciende entre el bosque, lo que nos impide tomar referencias lejanas. Es un puerto «juguetón».
Tramos de falso llano van compaginándose con duros sectores. Ojo cuando lleguemos a la altura de las minas de Soterraña. La carretera empezará a zigzaguear para salvar un desnivel que pone el asfalto a un 12% de media ya hasta la coronación final.
Un puerto perfecto para subirlo el primero de la jornada.

Queda ahora el descenso hasta Riosa, la localidad de inicio del Angliru. Aquí ya estuve visitando La Vuelta hacía seis años. Sucumbí a su dureza. Ahora quería tomarme la revancha.
El Angliru
Algunos compañeros se desplazaron hasta esta localidad para iniciar el ascenso con nosotros. Juntos empezamos la batalla ante el coloso asturiano. Sabíamos que la primera mitad hasta Viapará sería en equipo. Los siguientes seis kilómetros… la guerra sería individual…

Lo dicho. Primera mitad con risas, juntos, disfrutando. El 8% de media de esta parte inicial se hacía completamente amena debido a la compañía. Pero llegó el infierno.
En Viapará un suave llano de un kilómetro nos avisa de lo que está por venir. El cielo se abre y nos muestra la verdad irrefutable de la Sierra del Aramo. Comenzaba la tortura con un solo objetivo en la cabeza. No poner pie a tierra en ningún momento.
Seis kilómetros con una media del 13% y picos sostenidos del 23% en la afamada Cuñe les Cabres. Sin descanso alguno.
El 34×32 se puso a trabajar… Les Cabanes, Lagos, Les Picones, Cobayos, Cuñe les Cabres, El Aviru y Pedrusines… Uno tras otro, seguidos. Machacadores. Espero que estés preparado para la guerra. Adelante.

Toda la temporada quedaba reducida a 6 kilómetros… Todos con su particular calvario. 15 calvarios repartidos por el asfalto del Angliru. Es duro. Lo más duro que he subido jamás. Confirmado. Pero no puse pie a tierra (aunque poco me faltó en la Cuñe…) ¿Podrás conseguirlo tú?
Y allí que Mariano se erigió El Líder del grupo. Mención especial para él. Fui incapaz de darle caza en los últimos metros llanos. También atacó. Enhorabuena.
Tocaban las fotos de rigor. Esperar el goteo de compañeros en la llegada. Risas, comentarios y más fotos.
Ahora a bajar con muchísimo cuidado. Los desniveles negativos son muy fuertes y es muy peligroso. Echa el culo bien atrás y ten habilidad si quieres parar para tomar alguna foto. Ojo que la bici se te echa encima.
En Riosa paramos para tomar un refresco y continuar la etapa. Tocaba ahora volver por el lado opuesto del Cordal.
Puerto Espines de Foz (Corchu Puerco)
Una vertiente un poco más larga, pero con desniveles más benévolos. 8 kilómetros al 6%, con algún pico del 8%. Pensábamos que la vuelta sería tranquila. Pero todos nos habíamos quitado los fantasmas de encima y perdimos el respeto total a este ascenso.
Jugamos a ser ciclistas, como diría nuestro amigo Mario. Unos por delante, otros por detrás. Y otros en medio. Disfrutamos de otra manera. Compitiendo entre nosotros. También apetecía un poco.
Una vez en lo alto del Cordal, todos descendieron por la carretera por la que habíamos subido a la mañana. Pero yo como soy muy cabezota me desvié hacia la carretera del Corchu Puerco.

Un carretera estrecha, con algún boquete salvable, algo sucia. Pero muy bonita. Recorre todo el Cordal de las Segadas y nos va ofreciendo bellos paisajes de un valle y otro, a izquierda y derecha. Es una subida muy irregular, con descansos y variedad de desniveles porcentuales. Pero para nada dura.
Una parada para disfrutar del paisaje y un puerto, el del Collado de Espines de Foz, que bien justifica este desvío.

Un pronunciado descenso de un par de kilómetros nos deja en la carretera que baja desde el puerto de la Cobertoria. Solo nos queda disfrutar del descenso (el mismo que ayer) hasta llegar a Pola. Recomendable.
Día 3. La Cubilla.
El tercer día tocaba salir de la rutina de los puertos asturianos. Dejábamos de lado lo cortos y explosivos para dar paso a los largos y tendidos. Visitaríamos el Puerto de La Cubilla, o alto del Palo como lo conocen por allí. Un ascenso que se inaugura en La Vuelta este año 2019 y que queríamos visitarlo.
Un enlace de 6 kilómetros hasta Campomanes es suficiente para llegar a lo que se conoce oficialmente como inicio de puerto. Pero que personalmente, no lo considero así mientras rodemos por el fondo del valle aguas arriba con una pendiente media del 2-3%. Un falso llano que sirve para poner las piernas a tono antes de acometer el verdadero ascenso.

Es justo en Los Pontones, poco antes de llegar a Telledo, donde el ascenso se torna serio. Hasta aquí habremos rodado durante 10 km junto a la vega del río Huerna. Pero ahora comenzamos a elevarnos sobre el cauce durante los próximos 18 km a una media del 6%.
Este primer kilómetro concentra los desniveles más duros con un pico del 11%. Pero pronto desaparece la dureza. Abre los ojos porque el paisaje parece completamente descontextualizado. «La Suiza asturiana» la llaman algunos, con ese dato te lo digo todo.

La carretera se aferra a la ladera en ascenso en busca de Tuiza. El valle va quedando abajo. La carretera no se encuentra en muy buen estado, pero para subir puede hacerse sin problema. Ojo si te despistas con la belleza que hay más allá del asfalto y no metas tu llanta en un boquete.
En Tuiza la carretera comienza a serpentear. Es ahora cuando podremos disfrutar por completo de un paisaje completamente alpino. Un puerto perfecto para los cicloturistas.
Nosotros lo subimos nublado y no pudimos disfrutar por completo de su belleza, pero cada vez que se abría un hueco entre las nubes, quedábamos paralizados de la belleza de este rincón asturiano.

Una vez arriba, la idea es descender por la otra vertiente. Habrá unos 5 km de tierra en descenso, pero que nos permitiría enlazar con el valle de Luna y acometer el ascenso de Pajares por su vertiente sencilla. Pero la lluvia nos obligó a volver sobre nuestros pasos y descender con precaución hasta llegar a Pola de Lena prácticamente sin dar un solo pedal durante casi 30 km.
Día 4. Puerto del Fito, alto de Amieva, muro de Argolibio y collada Mohandi.
Un día extra que realizamos con la furgo. Abandonamos el interior de Asturias para dirigirnos a la costa. Concretamente a Caravía y su espectacular Arenal de Morís. Allí hicimos noche con la furgo. Con vistas al mar.

El amanecer allí da todo un subidón de energía. El plan era claro. Adentrarnos en la montaña desde la misma cota del mar. Buscar ascensos poco conocidos, pero no por ello menos bonitos o duros. Amieva, Argolibio… Perfectos ejemplos de lo que buscábamos. Juanvi fue el compañero de fatigas y sufrimiento.
Puerto del Fito, desde Caravía
Desde la cota 0, iniciamos el ascenso al archiconocido puerto del Fito. Espectacular ascenso con vistas al mar.
Los primeros cinco kilómetros con sube y baja nos sirvió para calentar las piernas y salir de la tranquilidad marina hasta la base del ascenso.
Base que en nuestro camino tomamos a los 3 km del inicio del ascenso final, por lo que tan solo afrontamos los últimos 5 km de ascenso oficial del Fito norte. Cinco kilómetros que nos dan una media nada despreciable del 9%. Pero las vistas hacen de opio para nuestro esfuerzo.

Una vez coronado, visitamos el mirador y nos lanzamos hacia Arriondas. Tendremos ahora unos 20 km de falso llano que nos adentra hacia el espectacular desfiladero de los Bellos. Cuidado con el tráfico. Pero nos desviaremos en busca de una de las subidas más bonitas, duras y desconocidas de Asturias. No, no es Casielles. Es, el rincón de Amieva.
Alto de Amieva
En Precendi se inicia un ascenso de 8 km al 8% que parece sacado de la nada. Nos despedimos del tráfico de la nacional y comenzamos nuestro idilio con este rincón del PN de los Picos de Europa.

El asfalto nos presenta con una dura rampa del 18% que pronto disminuye antes de entrar en la localidad de Sames. Ahora toca disfrutar de las vistas del valle que va quedando abajo hasta llegar a Carbes. La pendiente suavizará entonces, pero hasta que no lleguemos a los 6km de ascenso, no obtendremos nuestro descanso a modo de descenso hasta San Román.
Pero no te fíes, es solo un oasis de cara al último kilómetro. El que separa esta población del collado Amieva. 17% de media con picos del 23 por una pista hormigonada que se hará eterna.
Muerde el manillar, que merecerá la pena. El balcón-mirador que nos espera arriba nos hará olvidar todo el sufrimiento que acabamos de realizar.

Toma aliento, recupera pulsaciones y comienza el descenso por una pista de hormigón rayado hasta llegar al pueblo de Amieva. Ojo con la inclinación de sus calles. Allí podrás rellenar el bidón y continuar el descenso, ya por un buen asfalto hasta retornar a la nacional.
Muros de Argolibio
Tomaremos sentido norte en busca de Vega de Cien. Allí tomaremos el desvío e iniciaremos el primero de los dos muros de Argolibio. El primero de no más de dos kilómetros para llegar a esta bella población.
Seguidamente un descenso corto de un kilómetro para iniciar el muro de otros dos kilómetros hasta la Collada Sebarella.

Habremos llegado a Villaverde y el paisaje será bucólico. Rodaremos por la falda por pueblos que juegan al equilibrio como Pen y Cirieño antes de descender definitivamente hasta el cauce del río Ponga.
Un pequeño falso-llano subiendo las aguas de dicho río nos introducirá de puntillas en el PN de Ponga. En Sellaño pararemos a tomar un tentempié antes de iniciar el ascenso al Collado Mohandi

Collado Mohandi
6 kilómetros al 7% de media nos permitirán volver a poner las piernas a punto, sin hacerlas sufrir. El asfalto es aceptable y los parajes son brutales. Un valle cerrado que guarda su imagen más espectacular a la espalda de nuestro ascenso. En las recurvas de Cazo podrás disfrutar sin la necesidad de mirar atrás.
Llegaremos a la collada sin mucho esfuerzo, el paisaje y la parada técnica nos evitarán el sufrimiento.

Doce kilómetros de descenso, la primera mitad con un desnivel negativo superior a la segunda parte. Disfruta. No hay tráfico y el asfalto es bueno. Déjate llevar.
Saldremos a la nacional en Villar de Huergo. Ahora con precaución por el tráfico, rodaremos durante 9 km hasta llegar de nuevo a Arriondas. Tiempo para rellenar el bidón e iniciar el ascenso al Fito por la vertiente que esta mañana habíamos descendido.
Puerto del Fito, desde Arriondas.
9km al 6%, pero ojo. No te fíes. El calor y el desnivel acumulado durante la jornada lo convierte en algo un poco más duro. Su descanso a mitad de puerto bien lo agradecerás.
Toma tu tiempo en subir, sabes que arriba lo tienes todo hecho. Así que, no desesperes. El descenso hacia Caravía con el mar de fondo será un gran telón para cerrar este último acto de la jornada de hoy.
Algún pequeño repecho lo tomaremos como «propina» que poco nos va a molestar, puesto que en el Arenal de Morís no espera la playa y unas cervezas en su chiringuito. La guinda del pastel para esta perfecta escapada.


