Playas asturianas
Hoy os vamos a hablar de nuestro idilio personal con las playas asturianas. La costa norte española; tanto vasca como cántabra, asturiana o gallega albergan verdaderas obras de arte naturales que bien merecen la pena ser disfrutadas.
Son cientos de arenales, tantos, que es imposible darles cabida en una sola entrada del blog. En esta ocasión nos centraremos en algunas de las playas del centro y este asturiano. Nuestra intención es la de mirar más allá de los baños refrescantes o su uso deportivo; es simplemente el pasear por su orilla, escuchar la mar, observar los imponentes acantilados que les rodean, sentir la brisa y oír los ecos que se producen… Es, en definitiva, disfrutar con los cinco sentido estos bellos lugares.
Somos conscientes de que existen muchas más playas y calas por la zona, que las que vamos a tratar hoy. Pero solo hablaremos de las que nos han permitido disfrutar las mareas bajas en cada una de estas dos jornadas.
Recomendaciones.
Antes de empezar, debemos tener en cuenta varios aspectos:
– Mareas. Es importante informarnos sobre la horas de marea baja para poder disfrutar plenamente estos lugares. Siempre con visitas entre tres horas antes y tres horas después de la bajamar.
– Aparcamientos-accesos. Muchos lugares tienen aparcamientos adecentados. En algunos incluso os pueden cobrar por usarlos según las ordenanzas municipales en vigor. Los accesos normalmente son caminos que pueden estar cortados al tráfico en los meses de verano. Sé respetuoso, todos queremos disfrutar. A veces es hasta agradable dar un suave paseo para llegar a la playa. No es necesario ir con el coche hasta el mismo objetivo final.
– Ubicación. Normalmente son playas que están «escondidas» o es difícil de acceder a ellas. En este enlace os ubico todas las playas de las que hablamos en la entrada de hoy. Necesitarás tener instalado Google Earth para poder visualizarlas.
Comenzaremos con las playas más orientales de todas las que hablaremos hoy.
Costa oriental
La playa de Cobijeru, en Buelna, es conocida como «la otra Gulpiyuri». Para acceder a ella debes recorrer un corto sendero de a penas 500. Una playa sin horizonte donde las aguas se filtran por los acantilados y nos dejan un tranquilo remanso donde poder chapotear. Pero esta playa no solo tiene este interés.
De camino a ella, a mano izquierda, observaremos una cueva que es la responsable de esta filtración de agua salada tierra adentro.
Y si no estás contento con ello, aún queda un tercer punto de interés. Un arco en el mismo acantilado, erosionado por el agua, que crea un ambiente único en este particular paraje asturiano.
Las playas de Ballota y Andrín están separadas por el mirador de la Boriza en la carretea LLN-2. Un lugar con localizaciones conocidas por ser utilizadas para decenas de películas de producción española como «El Abuelo».
El acceso al mirador es muy sencillo, y desde él puedes disfrutar de unas preciosas vistas panorámicas de ambas playas, una a cada lado.
Si nos desplazamos un poco más por la carretera hacia Llanes, aparecerá el acceso a Ballota por un camino que zigzaguea para descender el acantilado hasta su bonito arenal.
En el horizonte aparece su característico Castro Ballota y al final de la playa, un murallón vertical nos indica que es el espacio reservado para los nudistas del lugar.
Playa de Cue. De aguas cristalinas, azul profundo y recovecos acantilados. Tres islotes rodean este paraje que en función de la marea quedan unidos o separados para su acceso a pie. Su color te recordará a las playas caribeñas.
Playa Toró. Es la primera playa que nos encontramos entrando a Llanes por el este. Sus piedras, que salen puntiagudas por debajo de su arenal parecen colocadas adrede para una caprichosa decoración. Es un playa con un acceso mucho más sencillo, por lo que se notará en el aumento de personas que por allí nos dejemos ver.
Playa de Poo. Aunque más que una playa, es una pequeña ría que queda anegada en cuanto sube la marea (como nos pasó a nosotros). Un ancho arenal que se adentra en la tierra y ensancha. Donde su salida a la mar queda reducida a un estrecho paso de 25 m. Según te ubiques, parecerá una playa sin mar.
Existen decenas de playitas en las cercanías de Celorio y Barro que nosotros en esta ocasión pasamos por alto para poder llegar a otras con marea baja.
Una breve parada en la ensenada de Niembru, en la misma carretera LLN-10. Merecerá la pena si, en este caso, la marea está alta. Una bonita imagen de postal para guardar en tus retinas.
Para acceder a la playa Torimbia, debemos callejear por las estrechas y empinadas calles de Niembro. Ojo si vais con un coche ancho. Tampoco pasaría nada si dejamos el coche en el pueblo y llegamos andando. Tan solo lo separan unos 500 m hasta llegar a su mirador, subiendo eso sí. Una vez en el mirador, existe un camino de acceso de aproximadamente un kilómetro para descender hasta el arenal.
Impresionante el paraje de este lugar donde la playa queda reducida a escasos metros si la marea la encontramos alta.
La famosa Gulpiyuri, en Naves. La playa sin mar. A diferencia de la de Cobijeru, aquí sí se nota el vaivén del mar. Muestra unas tímidas ondulaciones que son el reflejo de las olas al otro lado del acantilado quebrado y montañoso. Podremos subir por dicho acantilado para observar la playa desde otro punto de vista. Un lugar peculiar para visitar. Pero invadido por turistas curiosos como nosotros
Sin salir a la carretera y por camino botoso podemos llegar hasta el Castro de las Gaviotas, situado en Villahormes. Es un enclave también atractivo, casi cinematográfico. Y con un carácter aventurero si te dedicas a buscar las escaleras que dan acceso a una estrecha grieta abierta al mar, la playa Canalina. Con vistas exclusivas de este peñón tomado por gaviotas y forma de arco natural.
Un pequeño canal de a penas 3 metros de anchura se abre en el acantilado.. En él una antigua máquina de extracción de algas nos indica su ubicación. Una humilde escalera nos adentra en el fondo de este característico lugar. Baja con precaución.
Muy cerca se haya la hermana mayor, la playa de Huelga. Con un arenal decente y unas espectaculares vistas al mismo castro
La playa de Cuevas del Mar, quiere hacer la competencia a la afamada playa de las Catedrales, con oquedades abiertas en los acantilados que solo asoman en bajamar. Curioso también y perfecto para pernoctar. Se accede a ellas por una carreterita desde la localidad de Nueva.
La playa Canal es exclusiva. A penas 20 metros de anchura de playa con unas vistas peculiares. Infinitas. Acantiladas. Para llegar a ella tenemos un paseo de menos de un kilómetro desde la localidad de Villanueva de Pría (podemos ir en coche si no es época alta de turismo)
Costa central.
Hasta aquí podemos dividir la primera de las partes de la entrada de hoy. Nosotros paramos en Caravía, concretamente en la playa del Arenal de Morís. Hicimos noche cerca de la playa donde hay bancos y duchas. Aunque en temporada alta siempre hay carteles que prohíben pernoctar. Hay un camping al lado. Decidid vosotros si os merece la pena un sitio u otro. Pero las vistas y la tranquilidad son casi innegociables.
A la mañana siguiente continuamos nuestro recorrido hacia Gijón.
La primera parada en la playa de Rodiles. Mucho más accesible que las que visitamos el día anterior. Más ancha y amplia y con muchos más servicios. Una playa más cómoda, pero no por ello menos bonita.
La siguiente, fue la playa acantilada de Ñora. Más estrecha, con algo más de dificultad para aparcar. Pero un punto más bonita que la anterior. Rodeada por un lateral por un bosque que te invita a dar un paseo por él. A veces mirarás más al lateral verde que al fondo azul. Prueba.
Playa Xagó, junto a Avilés. Casi dos kilómetros de playa. Perfecta para pasear e iniciarse en el deporte del surf. Merecerá la pena invertir tiempo en tocar ambas puntas extremas mientras el agua caricia tus pies. Relájate y disfruta de los sentidos en ella.
Playa Bayas, los casi cuatro kilómetros de arena ennegrecida junto a sus acantilados te querrá parecer una playa canaria. Salvaje. Es una joya dentro de Asturias. Lo peor. Su proximidad al aeropuerto que rompe violentamente con la tranquilidad de la zona.
Todas y cada una de ellas tienen su particular carácter, cada una diferente. Pero todas bellas y hermosas. Asturias es nuestro particular paraíso. Ahora ya sabéis dónde están, ahora os toca disfrutarlas a vosotros.