
Escapada a Las Hurdes y Las Batuecas – Peña de Francia
Con la entrada de hoy intentamos acercaros una zona un tanto «escondida» a caballo entra las comunidades de Extremadura y Castilla y León. Un lugar con una orografía difícil, que parece arrugada sobre el papel. Con unos montes que dificultan el acceso, aspecto este que le da una característica singular.
Casi deshabitado por estas circunstancias, es este mismo «problema» es el que la hace más atractiva. Sus sinuosas carreteras nos obligan a tener paciencia para llegar al destino, disfrutando del viaje por estas recónditas tierras que guardan auténticas sorpresas en su interior.
Os proponemos una escapada para varios días donde podemos compaginar rutas de senderismo, en bici y turismo rural.

De las primeras, existen múltiples opciones; nosotros os indicaremos dos de ellas. La Ruta de las Raíces y las Pinturas Rupestres de las Batuecas.
De la segunda opción, sus intrincadas carreteras alejan el tráfico de ellas, lo que permite un rodaje con bici de carretera completamente tranquilo (excepto la zona de La Alberca-Peña de Francia).
Y respecto al turismo rural, cualquiera de sus pueblos guardan bonitas tradiciones. Pero especialmente tres de ellos sostienen el cartel de «Pueblos más bonitos de España».
El «centro de mandos» lo podemos instalar en cualquiera de los pueblos de la zona. Todos tienen un oferta variada de alojamientos rurales bastante interesante.
Esta es nuestra programación. ¡Adelante!
Pinturas rupestres de Las Batuecas.
El recóndito valle de las Batuecas, establece el límite sur de Salamanca con la vecina Cáceres. Para llegar hasta el punto de partida, debemos desplazarnos por la carretera SA-201 que une La Alberca (Salamanca) con Las Mestas (Cáceres).

A la altura del km 35 existe un adecentado parking donde podemos dejar el coche para iniciar la ruta por un trazado accesible para todos los públicos.
Un paso de madera acompañará durante el primer kilómetro paralelo al río Batuecas, completamente llano hasta las puertas del Monasterio de San José de las Batuecas donde hacen votos de clausura la orden de las Carmelitas Descalzas.
Una vez en la puerta, abandonamos el tramo accesible, para comenzar un bonito sendero que en este momento queda sitiado a la izquierda por el cauce del río y a la derecha por la tapia del monasterio.

Comenzamos a adentrarnos por este tranquilo, recóndito y pacífico lugar. El silencio solo es roto por el agua que nos acompaña a la izquierda de nuestra marcha. Seguimos por el fondo del valle sin percibir ningún desnivel significativo hasta encontrarnos con el cartel que nos indica la ubicación de las primeras pinturas rupestres del lugar.

Pinturas rupestres
Será a los casi 3 km de marcha cuando se nos ofrezca un desvío para ascender por unas escaleras naturales hasta la cueva (vallada) donde poder observar las pinturas rupestres con formas de cabra en color ocre. Desde aquí arriba, un balcón natural nos regalará unas vistas espectaculares del valle. Cuidado.
Será un leve desvío de menos de 100m la que nos dará acceso de ida y vuelta a este punto con tanta importancia arqueológica y singular.
Volviendo sobre nuestros pasos, podremos volver o seguir más adelante. Si tomamos esta segunda opción debemos tomar en cuenta que el camino empeora, pero por contra se vuelve más «vivo». Los carteles desaparecen pero el paso es obvio entre la vegetación.

Encontraremos un punto donde será obligado el vadeo del cauce. Utilizaremos las piedras para cruzar el río sin mojarnos.
El camino se levantará sobre el cauce, lo que dificultará un poco el tránsito cómodo que traíamos hasta este punto. Vamos en busca del paraje del Cristo donde unas nuevas pinturas se hallan escondidas. Serán más difíciles de verlas. En color negro y con formas más difíciles de reconocer. También valladas para la protección del vandalismo.

Vuelta
Será en este punto. Kilómetro casi cuatro, donde retornaremos sobre nuestros pasos disfrutando de la frondosidad del lugar y del aire puro, que por estos rincones aún podemos respirar.
Tras unas tranquilas tres horas de paseo, llegaremos de nuevo al punto de partida con algo menos de 8 km y unos 200 m de desnivel acumulado.
El día se prestará para visitar el cercano puerto del Portillo, que se levanta sobre 1.240 m sobre el nivel del mar tras ocho curvas de herradura o tomar el sentido opuesto de la carretera y descender hacia Las Mestas (donde disfrutar de su miel) o Ríomalo de Abajo (y darnos un baño en su piscina natural).
Senda de las Raíces.
Para el segundo día podemos realizar esta sencilla, temática y bonita ruta que parte desde la misma población de La Alberca.
Un paseo que nos adentra en un bonito y denso robledal. De carácter circular, que nosotros hicimos en otoño ya casi entrando en invierno. El suelo cubierto de hojas le daba esta belleza tan característica de esta época.
Particularmente nos ahorramos un kilómetro de ida y otro de vuelta desde La Alberca hasta el inicio circular del recorrido. Dejando el coche en una adecentada Área de Recreativa Fuente Castaño, a un kilómetro saliendo por la carretera de Mogarraz.
Tomando la senda en sentido horario comenzamos en cómodo descenso durante el primer kilómetro para familiarizarnos con una vegetación completamente diferente a la que tuvimos en el día anterior, a pesar de la cercanía entre ambos lugares.
El terreno ondulado comienza a hacerse presente, pero sin obligarnos a hacer un esfuerzo físico. Vamos en busca de la laguna de San Marcos que se nos de bruces en el momento que el robledal se abre y nos permite disfrutar de este bonito paraje escondido en medio del bosque.

Bordeándolo por su margen izquierda, nos conduce a las paredes que aún mantienen en pie el derruido Monasterio de San Marcos. Casi tres kilómetros de recorrido y nos hallamos en el lugar más bajo de la ruta.

La apertura del bosque, nos permite ver en lontananza las antenas de la Peña de Francia, que controla desde la altura toda la comarca que estamos visitando.
Tramo artístico
Toca abandonar este lugar para adentrarnos de nuevo en el robledal y comenzar un trayecto artístico. Ahora ascendiendo poco a poco. Irán apareciendo obras de arte en fusión con la naturaleza. Hojas gigantescas de roble, espejos entre árboles… Y en lo alto de este leve ascenso, unas nuevas vistas. Ahora hacia el lado opuesto, donde divisar la silueta de la otra sierra que compite en importancia este lugar. La sierra de Béjar, en esta ocasión, nevada en sus cotas más altas.

Cruzaremos con cuidado la carretera para llegar a una nueva ermita. En este caso la de las Majadas Viejas, en mejor estado de conservación que la anterior.
El camino se ensancha y pasa a compartirse con un sendero de Gran Recorrido. Ya en busca de La Alberca.
A la izquierda de nuestro paso, un redil con una puerta con carácter artístico. Un nuevo paso por una nueva carretera levantará el camino bruscamente. Nos hará esforzarnos un poco para llegar al punto de desvío, la Fuente Castaño. De frente hacia La Alberca, a la derecha hacia el punto de partida.

Serán unos 7km con no más de 150 m de desnivel que podemos realizar en poco más de dos horas.
Nos queda todo el día para disfrutar. Tal vez para visitar el Monasterio de la Peña de Francia a la tarde y dejar un día más redondo por estas bonitas tierras salmantinas.
Las Hurdes
El tercer día saltamos de Comunidad Autónoma y nos desplazamos hasta Vegas de Coria. El norte cacereño guarda con recelo esta comarca de Las Hurdes. Un paraje que parece escondido en la geografía española. Pero que nosotros queremos sacar a la luz.
En esta ocasión usamos la bicicleta de carretera para aprovecharnos de este olvido a modo de tráfico casi inexistente.
La razón del inicio en Vegas de Coria es por si visitáis esta zona en época calurosa, dispone de una interesante piscina natural para disfrutarla al acabar la ruta. Al igual que su vecina Riomalo de Abajo que ya visitamos en otra escapada para conocer su espectacular Meandro Melero.
Puerto del Robledal
La ruta sigue en su primer tercio todo el valle del río Hurdano durante sus primeros 14 km. Un constante sube y baja que nos va dirigiendo hacia el corazón de este recóndito lugar.
Rubiaco, Nunomoral y Asegur son los tres pueblos que yacen a orillas del cauce. Un tramo que sirve para calentar piernas, no sin encontrarnos alguna rampa seria (como en la travesía de Nunomoral) que nos permitirá ir entrando en calor.
Siempre acompañando aguas arriba con el cauce a nuestra izquierda hasta cruzar el puente de Asegur.
Será en el cruce hacia Casares de las Hurdes donde podremos oficializar el ascenso al puerto del Robledo.
Doce curvas de herradura por un asfalto ancho y adecentado durante los ocho kilómetros de puerto para ascender los 600 m de desnivel. Un puerto fácil, cómodo, rápido. Que enlaza en su ascenso con tres localidades, lo que le hace ser más llevadero aún si cabe.
Las vistas desde esta cabecera del valle, mejoran a medida que giramos cada curva y tomamos altura.
Una vez en el puerto, tenemos la opción de cruzar a la provincia salmantina, pero la descartamos para seguir adelante por una pista forestal asfaltada. Una propina de dos kilómetros donde se acumularán los porcentajes más altos de todo el ascenso. Pero las vistas servirán como recompensa.

Largo descenso
Se iniciará un descenso de 5km. Divertido y juguetón por la misma pista que enlaza con Riomalo de Arriba. Precaución.
Desde Riomalo de arriba nos adentraremos en el valle del Ladrillar. Carretera estrecha de montaña que cruza las localidades de Ladrillar y Cabezo. Paraje más bonito que el de ascenso. Tal vez nos pudimos confundir de sentido de la ruta. Un descenso desquiciable con falsos llanos, leves repechos… Nunca dejas de pedalear… Largo, de 25 km hasta el desvío hacia Vegas de Coria.
A los 50 km, justo en el desvío, un leve ascenso hasta la Portilla del Pino de unos 3km que pican en las piernas tras el largo e incómodo descenso.
A los 57 km y 1400 m de desnivel habremos concluido una bonita jornada por esta recóndita comarca de Las Hurdes. Te quedará toda la tarde para disfrutar de la piscina natural y relajar las piernas en su frescas aguas.

Las Batuecas y la Peña de Francia
Cuarto día por la zona. Toca hoy recorrer la parte sur de Salamanca. En esta ocasión, iniciaremos la ruta en Riomalo de abajo con el mismo objetivo que el de ayer. Terminar en su coqueta piscina natural y refrescarnos en sus aguas al acabar nuestra jornada.
Las Batuecas
El inicio, durante los primero 12 km, seguiremos la carretera hacia Las Mestas para tomar el desvío hacia el valle de las Batuecas, que ya visitamos el primer día. En leve ascenso, siempre con el cauce a nuestra derecha. Al llegar a la puerta del Monasterio comienza el puerto del Portillo.
Casi 10km para salvar un desnivel de casi 700 m. Un puerto cómodo, sin mucho tráfico. Con unas curvas de herradura que le dan un «porte» respetable. Mantenido, sin variaciones de desnivel. Interesante. Con unas vistas que alivian la fatiga.

Una vez coronado, el descenso hacia La Alberca es más corto. A penas 4 km y otro poco más hasta el puente de Francia sobre el río del mismo nombre que levanta una corta rampa que pone las piernas tensas. No será hasta el km 31 cuando podamos dar por iniciada la subida a la Peña de Francia. Entre un denso robledal, con exceso de sombra y un asfalto algo rugoso.
Peña de Francia
Siete kilómetros hasta el collado de los Lobos y otros tres como apéndice hasta lo alto de la afamada Peña. Ascenso bonito. Que va ofreciendo diferentes vistas a medida que recorre una ladera u otra del promontorio que alza orgullosa sus 1728m sobre el nivel del mar.
Vistas de 360º y un monasterio en lugar privilegiado. Tómate tu tiempo para disfrutar del lugar. No es lo mismo subir en coche, que hacerlo con tus propias piernas.

Prácticamente has acabado tu jornada. Ahora toca descender por la misma carretera hasta La Alberca. Único tramo complejo el del puente de Francia en sentido opuesto pero mismo desnivel y esfuerzo que a la ida.
Pueblos con encanto
Desvío hacia Mogarraz por una bella carretera estrecha de montaña, con sinuosas curvas. Casi tomada por la vegetación y un espectacular asfalto.

Callejeo por la bonita Mogarraz, característica por sus retratos en las fachadas de las casas. Y seguir descendiendo hasta el cruce a Miranda del Castañar.
Pequeño apéndice de ida y vuelta a esta otra localidad de solo 5 km para recorrer su empedradas calles, previo ascenso a su particular enclave.
Descenso para llegar a Cepeda, que se alza en un pequeño alto que pasaremos sin problemas de cara al descenso definitivo a Riomalo de abajo, previo paso por la localidad de Sotoserrano.
95km y 2.200 metros de desnivel que dejarán tus piernas perfectas para disfrutar del frescor de la piscina natural de Riomalo.
La Alberca, Mogarraz y Miranda del Castañar
Si no las has visitado durante estos días de actividades, te recomiendo que dediques un día para pasear por ellas. Todas se sitúan próximas unas de otras. Todas tienen la denominación de Pueblo más bonito de España. Y todas se visitan en un par de horas como mucho. Tal vez La Alberca necesite algo más de tiempo.

Es por ello que son perfectas para ser visitadas todas en un misma jornada exclusiva para ellas. O también dedicar una tarde a cada una después de haber disfrutado de una mañana de senderismo o ciclismo.
Solo piérdete en sus calles. Pasea, toma una cerveza y pide de tapa un poco de jeta. El farinato también es típico.
O entra en cualquiera de sus restaurantes y disfruta de su cultura culinaria.
Así acaba nuestra propuesta. Deporte, naturaleza, turismo cultural y gastronómico.
¿Qué más se puede pedir?

