Escapada a la nieve en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
Hoy os presentamos esta escapada de fin de semana para épocas de intensas nevadas que nos permitirá conocer desde otra perspectiva este Parque Nacional, último en integrarse en la selecta red de espacios protegidos (2013).
En esta ocasión, pusimos a prueba a nuestra «culona» de cara a temperaturas negativas para averiguar si nos protegería al igual que hace cuando el mercurio marca otras zonas más benévolas.
Preparados con mantas en exceso para la pernoctación, cadenas para situaciones comprometidas, ropa térmica y sin necesidad de transportar la nevera en nuestro interior nos echamos a la montaña nevada.
El planing de tres días y dos noches fue suficiente para hacer un mixto de actividades y visitas que compaginen la naturaleza con la cultura. Así pues, realizamos senderismo nocturno, esquí de fondo y paseo sobre la nieve (con/sin raquetas) por un lado. Y por otro, un paseo por la bella población de Pedraza y la visita al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso.
Eso sí, sin hacer nunca de menos a esos momentos de relax en el interior de la furgo de los que también podemos disfrutar. Por ejemplo; el momento, tan sencillo como mágico, de degustar una deliciosa onza de chocolate mientras el sol golpea la luna, o tomar una taza de café calentito escuchando música relajante mientras nieva en el exterior.
¡Adelante, seguro que te interesará algunas de las actividades que realizamos!
Tras la jornada laboral del viernes llegamos a media tarde al Área Recreativa de La Barranca, muy cerca de la localidad de Navacerrada. Allí puedes realizar un sencillo paseo por el Camino Ortiz. Nosotros fuimos conscientes de que la noche se nos echaría encima, por lo que nos agenciamos un par de frontales para hacer de esta sencilla ruta una actividad un poco más atractiva.
Pero una importante nevada comenzó a hacerse presente justo a nuestra llegada, lo que nos obligó a replantear la ruta. Siempre hay que tener un respeto máximo a la montaña. Estuvimos un tiempo esperando su cese disfrutando de un calentito café dentro de la furgo, pero al ver que no paraba, decidimos sustituir la ruta planificada por un simple paseo por la zona con los frontales (ya que los habíamos llevado, al menos usarlos para el «postureo» jaja)
Tras este corto paseo por los embalses de la zona, nos pusimos de nuevo en carretera en busca de nuestro punto de pernoctación. Disfrutamos conduciendo la furgo de los paisajes nevados del puerto de Canencia.
Ya en Lozoya nos disponemos a subir el puerto de Navafría para dormir en lo más alto donde al día siguiente teníamos cita con el esquí de fondo.
En nuestro ascenso nos cruzamos con un coche que amablemente nos avisa de la gran nevada que estaba cayendo en los 1700m del puerto, nos hace dudar, pero observamos como una furgo y una autocaravana inician el ascenso y vamos tras ellos. Hicimos cima y colocamos la furgo para cenar y dormir en el pequeño parking de este modesto puerto al abrigo de nuestro vecinos.
La noche fue fría, fuera se registraron siete grados negativos, pero las mantas y el aislante térmico de la furgo nos permitieron dormir sin problemas. Afri preparó una peli en la tablet que vimos tranquilamente tumbados y bien arropados antes de cerrar los ojos.
A la mañana siguiente, amanecimos con coches aparcados hasta en lugares insospechados (lo que confirmaba la buena idea de pasar la noche arriba) Un pequeño paseo para despejar la mente mientras Afri preparaba el desayuno en el interior. El olor a café dentro del habitáculo es una de las pequeñas cosas que no se pueden explicar.
Nos preparamos para la actividad estrella del viaje. Tres horas de curso de iniciación al esquí de fondo con un forfait para disfrutar de toda la jornada de este sábado.
El puerto se presentó blanco, como si de Laponia se tratase, el sol no tuvo fuerzas para abrir el día, pero dio igual. Las estampas que nos brindaba este bosque de coníferas suplieron de lleno a la cálida estrella. Incluso oímos comentar que había más nieve que nunca, y que incluso superaba las nevadas de centroeuropa.
Nos pusimos los esquís y disfrutamos de tres horas de curso que nos permitiría, tras un breve descanso y un caldito caliente, ser autónomos y disfrutar por libre de este interesante deporte donde Afri se destapaba como una auténtica fondista habilidosa.
En total 10km por las pistas del Centro de Esquí Nórdico de Navafría que hizo las delicias de ambos tanto a nivel deportivo como ambiental.
Toda una experiencia que recomiendo y en la que podéis buscar más información aquí.
Pasadas las tres de la tarde, y con una buena paliza encima, decidimos descender hacia la parte segoviana de la sierra para visitar la bella localidad de Pedraza, la cual encontramos también nevada.
Allí comimos en la furgo y disfrutamos de los primeros rayos de sol de nuestro viaje, Afri tuvo su momento relax, con el sol acariciando sus mejillas dentro del habitáculo de la «culona».
El paseo por las bellas calles fue engalanado con las nieves sobre sus tejados. Una estampa completamente navideña que mejoraba el ya afamado aspecto de esta población.
Cuando el sol comenzaba a desaparecer tras la sierra, tomamos los mandos de nuestra casa rodante (no sin dificultad) para dirigirnos ahora a nuestra segunda ubicación para pernoctar.
El bosque de Valsaín fue el punto marcado, más concretamente en el Área Recreativa de la Boca de Asno, pero era tal la acumulación de nieve en dicho lugar que debimos desestimar esta opción, ascendiendo hasta el puente de la Cantina, donde allí sí pudimos colocar la furgo preparada para la mañana siguiente.
La noche caía y Afri preparaba una suculenta cena mientras estudiaba la posibilidad de ruta por el Real Camino de las Pesquerías que acompaña al río Eresma por el denso pinar de Valsaín.
Tras la cena, nos quedamos solos en el reducido parking junto al puente. Una nueva película, arropados y relajados en nuestra cama fue suficiente para coger en sueño necesario.
Tercer día Bosque de Valsaín
El domingo amaneció nublado. Pero la actitud es lo más importante para disfrutar de estos pequeños placeres. Ver como la cafetera expulsa el humo mientras su olor conquista el interior de la furgo y las magdalenas de nuestro gran amigo Ángel esperan ser empapadas, es uno de los mejores momentos que pueden ser recordados en estos viajes.
Preparados para el paseo, nos dispusimos a seguir el curso del río Eresma con nuestras botas de montaña. Una huella de raquetas nos obligaba a seguir su rastro. En el camino nos cruzamos con un grupo de personas con esquíes de travesía. Otros con polainas. Pero no fue necesario toda esta sofisticación.
Intentamos seguir la ruta planificada hasta Boca de Asno, pero la huella desapareció y se hizo imposible seguir el camino, la nieve se introducía casi medio metro y era absurdo continuar.
Recalculamos la ruta y decidimos seguir el GR 10.1 que asciende por una oculta pista hacia la Fuenfría.
El paraje era de cuento. La nieve caía violentamente de las copas de los pinos. Fuimos capaces de escuchar el silencio de un bosque que parecía encantado. Una sensación que quieres captar para siempre en tu mente. Una ruta que quedará para nuestros recuerdos. Jamás habíamos visto tanta nieve acumulada. Kenya disfrutó más que nosotros si cabe.
Tres horas más tarde estábamos de vuelta. Quedaba la visita al Real Sitio de La Granja. Tras recomponer nuestra temperatura con un buen plato de pasta, nos dispusimos a visitar el Palacio de la Granja también nevado y sus jardines cortados al público por el mismo motivo.
Terminaba así nuestra intensa escapada a la nieve por este recién nombrado Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama con la sensación de haber disfrutado a tope y haber pasado la prueba de pernoctar en nuestra furgo con temperaturas en símbolos negativos.